).Para empezar por principio, hay que decir que estoy relatando una excursión que hicimos un grupo de amigos hará unos 20 años. Nadie vio nada extraño. Fue unos días después, al revelar el carrete, cuando nos quedamos con la boca abierta.
Esto es un trozo de una región (natural, no administrativa) llamada Guelaya (proviene de un término árabe que significa tierra de castillos). La punta de tierra es el Cabo Tres Forcas.
Cuando digo "zona de acampada" me refiero a que acampamos en esa zona. No piensen en ningún tipo de infraestructura; allí no hay nada de eso. Es una zona árida con pistas de tierra y, por lo general, en bastante mal estado. Ahora, las cosas están cambiando por allí, pero no estoy seguro de que sea para bien.
Lo que sí tiene la zona son aguas limpias y un cielo más despejado. Aquí las playas son pequeñas calas de dificil acceso en muchos casos. De hecho, para aquella acampada, elegimos una especialmente compleja y aislada. Nos vimos obligados a portear todos los bultos sobre la cabeza, con el agua al cuello, desde la cala vecina.
Una vez se montó el campamento, encendimos una pequeña fogata. Os aseguro que era pequeña; lo justo para poner una parrilla sobre las brasas. En su mejor momento, las llamas no alcanzarían más que una palma de altura. Así que ya podéis imaginar nuestra sorpresa cuando vimos las fotos.
Ya he dicho que estas no eran las más espectaculares, pero aun así podemos observar algunos detalles. Aquí, mi amigo (el de las fotos) parece la antorcha humana.
Aquí un espíritu infernal se le echa encima (véase la calavera de fuego sobre su cabeza).
Y aquí podemos apreciar, con algo de imaginación, una columna vertebral con costillas. Recuerdo que otra de las fotos combinaba el craneo con el tronco del esqueleto a la perfección; esa sí que es impresionante.
También recuerdo que la primera foto que hicimos fue antes de bajar a la playa. Sería algo practicamente igual a la primera foto (después del mapa inicial), con la particularidad de que, al revelar el carrete, aparecierón dos formas semi-humanas (cuando todos en el grupo aseguramos no haber visto a nadie por allí). Y digo "semi-humanas" porque al mirar con más detenimieto se podía apreciar que sus pies (acabados en punta) no tocaban el suelo; algo así como esta reconstrución en la que he exagerado el tamaño de las figuras.
Alguno de los amigos musulmanes relacionó las figuras con los relatos tradicionales de la zona. Según estas versiones, se trataba de unos espíritus malvados devoradores de carne cruda (sin sal, no la soportan) que suelen merodear los parajes desiertos y que, si no recuerdo mal, los bereberes llaman "jim" o "yim".
NOTA ESCÉPTICA:
Al ver las fotos, nos invadió la vocación de himvestiagador para anormal y preparamos otra excursión para unas dos semanas más tarde. No paramos de hacer fotos. Eso sí, en completo silencio para interfeir con las grabadoras que habíamos colocado en la esperanza de recoger una buena sicofonía.
Esta sí fue la EXCURSIÓN DEL TERROR, en mi vida me he aburrido tanto. En lugar de estar de risas con los colegas, estábamos todos en absoluto silencio, controlando el tiempo de grabación para reponer la cinta... Y todo para nada, las fotos fueron normales y en las cintas no se registró ninguna voz del más allá.
MORALEJA: No te olvides la toalla cuando vayas a la playa.
