LA CIENCIA POR GUSTO
Moderadores: tequileitor, ASIMOV22, Moravec
Hola. Les comparto la columna de esta semana. Saludos
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Liberalismo y ciencia
Martín Bonfil Olivera
7 de febrero de 2007
El sesquicentenario de la Constitución de 1857 (y 90 aniversario de la de 1917) nos recuerda que una de las características definitorias de nuestro sistema político, producto del pensamiento liberal plasmado en nuestra carta magna, es su laicidad.
En tema es pertinente ante la embestida conservadora, cobijada por un gobierno de derecha, que se ha enfocado tres áreas fundamentales para la sociedad: educación, salud y política.
El conservadurismo católico busca tener influencia en la educación pública, que según nuestra ley suprema "se mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa". Busca que su ideología pase a formar parte del currículum escolar.
Y no es que se trate de prohibir las creencias religiosas, ni mucho menos. Es sólo que si se las usa como base para tomar decisiones que afectan a toda la sociedad, resultan simplemente peligrosas. Por algo la Constitución añade que "El criterio que orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso científico". Si algo caracteriza al conocimiento científico es que es confiable; funciona. Por más que el Papa insista en pedir noviazgos sin sexo, la realidad es que el número de embarazos no deseados sólo disminuye si los jóvenes tienen buena educación sexual y acceso a anticonceptivos.
El avance conservador puede ya verse en los intentos de las autoridades de salud para dar marcha atrás a las políticas de lucha contra el sida. Recortes en la atención a infectados, modificación de las campañas de prevención, y un discurso homofóbico que atribuye el contagio a la orientación sexual, y no a la prácticas sin protección. Para colmo, se habla ya no de "salud sexual", sino de "salud reproductiva"..lo que deja fuera a todo aquel que tenga relaciones sexuales sin buscar hijos, incluyendo, "casualmente", a toda la población homosexual.
Como bien señala el especialista Roberto Blancarte ayer en su espacio en este diario, "los conservadores(...) no se resignan a la idea de un Estado laico y liberal, guardián, a nombre de la soberanía popular, de las libertades de todos los ciudadanos, independientemente de sus creencias". Por ello buscan aumentar la injerencia clerical en las decisiones políticas. El debate sobre el laicismo del Estado mexicano, incluyendo sus políticas educativas y de salud, ya se dio, hace 150 años: ojalá no sea necesario repetirlo para defender el bienestar común.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Liberalismo y ciencia
Martín Bonfil Olivera
7 de febrero de 2007
El sesquicentenario de la Constitución de 1857 (y 90 aniversario de la de 1917) nos recuerda que una de las características definitorias de nuestro sistema político, producto del pensamiento liberal plasmado en nuestra carta magna, es su laicidad.
En tema es pertinente ante la embestida conservadora, cobijada por un gobierno de derecha, que se ha enfocado tres áreas fundamentales para la sociedad: educación, salud y política.
El conservadurismo católico busca tener influencia en la educación pública, que según nuestra ley suprema "se mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa". Busca que su ideología pase a formar parte del currículum escolar.
Y no es que se trate de prohibir las creencias religiosas, ni mucho menos. Es sólo que si se las usa como base para tomar decisiones que afectan a toda la sociedad, resultan simplemente peligrosas. Por algo la Constitución añade que "El criterio que orientará a esa educación se basará en los resultados del progreso científico". Si algo caracteriza al conocimiento científico es que es confiable; funciona. Por más que el Papa insista en pedir noviazgos sin sexo, la realidad es que el número de embarazos no deseados sólo disminuye si los jóvenes tienen buena educación sexual y acceso a anticonceptivos.
El avance conservador puede ya verse en los intentos de las autoridades de salud para dar marcha atrás a las políticas de lucha contra el sida. Recortes en la atención a infectados, modificación de las campañas de prevención, y un discurso homofóbico que atribuye el contagio a la orientación sexual, y no a la prácticas sin protección. Para colmo, se habla ya no de "salud sexual", sino de "salud reproductiva"..lo que deja fuera a todo aquel que tenga relaciones sexuales sin buscar hijos, incluyendo, "casualmente", a toda la población homosexual.
Como bien señala el especialista Roberto Blancarte ayer en su espacio en este diario, "los conservadores(...) no se resignan a la idea de un Estado laico y liberal, guardián, a nombre de la soberanía popular, de las libertades de todos los ciudadanos, independientemente de sus creencias". Por ello buscan aumentar la injerencia clerical en las decisiones políticas. El debate sobre el laicismo del Estado mexicano, incluyendo sus políticas educativas y de salud, ya se dio, hace 150 años: ojalá no sea necesario repetirlo para defender el bienestar común.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Hola. Les posteo la columna de esta semana. Saludos
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Sida: control de daños
Martín Bonfil Olivera
14 de febrero de 2007
Es de humanos errar, y de sabios corregir. El lunes 12 de febrero la Secretaría de Salud convocó a una necesaria conferencia de prensa para tomar una postura firme: rechazar y desautorizar la desinformación sobre el sida circulada recientemente en nuestro país (comentada aquí el 10 de enero). Asistieron al evento diversos especialistas y autoridades relacionados con la investigación sobre el sida, con su combate y prevención.
Como se recordará, la situación saltó a la atención pública debido a los irresponsables programas televisivos en que Ricardo Rocha propagaba las teorías "negacionistas" del investigador Peter Duesberg, que plantean que el sida no es causado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), sino por drogas, desnutrición o incluso por los medicamentos antirretrovirales que se administran a quienes están infectados por el virus.
Rocha dio también crédito a ideas aún más descabelladas, como que el VIH no existe -con argumentos tan pueriles como que "nadie lo ha visto"- o que el sida se puede curar, como afirman el seudoinvestigador colombiano radicado en Estados Unidos Roberto Giraldo y grupos como "Monarcas" (Movimiento Nacional por el Replanteamiento Científico del Sida, AC).
Estas ideas erróneas, como comentó en la conferencia de prensa Mauricio Hernández Ávila, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la SSa, fueron ya discutidas, refutadas y rechazadas terminantemente por la comunidad mundial de expertos en sida hace años, con base en pruebas más que concluyentes. Además, son muy peligrosas: fomentan que la población deje de confiar en el condón como medida preventiva, y que quienes están infectados abandonen los tratamientos que les ofrecen la oportunidad de un nivel de vida aceptable conviviendo con el virus (lo cual ya ha sucedido). Se daña así la estrategia nacional de prevención del sida.
En la conferencia se mencionó que se está considerando ejercer acciones legales en contra de quienes desinforman al público poniendo en riesgo su salud: la asociación Monarcas, el investigador Roberto Stock, del Instituto de Biotecnología de la UNAM, que apareció a título personal en el programa de TV, y quizá el mismo Rocha.
El tema es complicado, pues entra en juego la libertad de prensa. Pero cuando se vulnera el bien social poniendo en riesgo la salud de los ciudadanos, esta libertad encuentra sus límites.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
P.D Ya salió el nuevo número del Muégano divulgador. Visítenlo en:
http://www.dgdc.unam.mx/muegano_divulgador/
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Sida: control de daños
Martín Bonfil Olivera
14 de febrero de 2007
Es de humanos errar, y de sabios corregir. El lunes 12 de febrero la Secretaría de Salud convocó a una necesaria conferencia de prensa para tomar una postura firme: rechazar y desautorizar la desinformación sobre el sida circulada recientemente en nuestro país (comentada aquí el 10 de enero). Asistieron al evento diversos especialistas y autoridades relacionados con la investigación sobre el sida, con su combate y prevención.
Como se recordará, la situación saltó a la atención pública debido a los irresponsables programas televisivos en que Ricardo Rocha propagaba las teorías "negacionistas" del investigador Peter Duesberg, que plantean que el sida no es causado por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), sino por drogas, desnutrición o incluso por los medicamentos antirretrovirales que se administran a quienes están infectados por el virus.
Rocha dio también crédito a ideas aún más descabelladas, como que el VIH no existe -con argumentos tan pueriles como que "nadie lo ha visto"- o que el sida se puede curar, como afirman el seudoinvestigador colombiano radicado en Estados Unidos Roberto Giraldo y grupos como "Monarcas" (Movimiento Nacional por el Replanteamiento Científico del Sida, AC).
Estas ideas erróneas, como comentó en la conferencia de prensa Mauricio Hernández Ávila, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la SSa, fueron ya discutidas, refutadas y rechazadas terminantemente por la comunidad mundial de expertos en sida hace años, con base en pruebas más que concluyentes. Además, son muy peligrosas: fomentan que la población deje de confiar en el condón como medida preventiva, y que quienes están infectados abandonen los tratamientos que les ofrecen la oportunidad de un nivel de vida aceptable conviviendo con el virus (lo cual ya ha sucedido). Se daña así la estrategia nacional de prevención del sida.
En la conferencia se mencionó que se está considerando ejercer acciones legales en contra de quienes desinforman al público poniendo en riesgo su salud: la asociación Monarcas, el investigador Roberto Stock, del Instituto de Biotecnología de la UNAM, que apareció a título personal en el programa de TV, y quizá el mismo Rocha.
El tema es complicado, pues entra en juego la libertad de prensa. Pero cuando se vulnera el bien social poniendo en riesgo la salud de los ciudadanos, esta libertad encuentra sus límites.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
P.D Ya salió el nuevo número del Muégano divulgador. Visítenlo en:
http://www.dgdc.unam.mx/muegano_divulgador/
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Hola. les comparto la columna de esta semana. Saludos
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
De nervios y feromonas
Martín Bonfil Olivera
21 de febrero de 2007
Mucho se habla "más este mes" de la química del amor , y en especial de las feromonas: mensajeros químicos que los organismos secretan para, entre otras cosas, atraer parejas sexuales.
Se detectaron primero en insectos, en 1956, pero luego se probó su existencia en mamíferos, en los que modulan la maduración y el comportamiento sexual, el celo e incluso el embarazo (las feromonas de un ratón macho pueden causar que una hembra embarazada por otro macho aborte).
Las feromonas no ejercen sus efectos a través del olfato, sino mediante el llamado órgano vomeronasal , presente en la nariz, que se conecta a zonas del cerebro que controlan el comportamiento sexual, sin pasar por el bulbo olfatorio.
Se ha debatido mucho si existen feromonas humanas (incluso, hay quien vende "lociones de feromonas" que por supuesto son un embuste). Algunos fenómenos, como la sincronización de los ciclos menstruales de mujeres que habitan juntas, parecen responder ellas. Y un famoso estudio halló que, olfateando camisetas sudadas (¡en serio!), las mujeres preferían a ciertos varones: aquellos cuyos genes MHC (relacionados con la inmunidad) fueran más distintos a los propios. La lógica evolutiva de esto es que los hijos de padres con genes MHC distintos tendrán mejores sistemas inmunitarios.
Pero hasta hace poco no había evidencia de que el órgano vomeronasal humano, que parece estar atrofiado, pudiera funcionar. Por eso es interesante enterarse, en la revista Scientific American Mindde febrero, que se ha descubierto que un pequeño y frecuentemente ignorado nervio craneal realmente lo conecta con las áreas cerebrales que controlan la reproducción.
En resumen, quizá sí existe la famosa "química" que produce atracciones (ya no tan) inexplicables entre personas. Pero mientras no se confirme, tendremos que seguir dependiendo de los métodos tradicionales para ligar.
¡Mira!
1) La excelente revista de difusión Ciencias, de la Facultad de Ciencias de la UNAM, celebrará 25 años el sábado 3 de marzo a las 14 horas en la Feria del Libro de Minería (salón 3). Conviene, además de leerla, asistir al festejo,
2) Mientras el rector de la UNAM pide "poner la educación en el centro de las políticas nacionales", Calderón aumenta 46% el salario de militares el Día del Ejército. ¿Hará lo mismo con los docentes cuando llegue el Día del Maestro? Cuestión de prioridades...
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
De nervios y feromonas
Martín Bonfil Olivera
21 de febrero de 2007
Mucho se habla "más este mes" de la química del amor , y en especial de las feromonas: mensajeros químicos que los organismos secretan para, entre otras cosas, atraer parejas sexuales.
Se detectaron primero en insectos, en 1956, pero luego se probó su existencia en mamíferos, en los que modulan la maduración y el comportamiento sexual, el celo e incluso el embarazo (las feromonas de un ratón macho pueden causar que una hembra embarazada por otro macho aborte).
Las feromonas no ejercen sus efectos a través del olfato, sino mediante el llamado órgano vomeronasal , presente en la nariz, que se conecta a zonas del cerebro que controlan el comportamiento sexual, sin pasar por el bulbo olfatorio.
Se ha debatido mucho si existen feromonas humanas (incluso, hay quien vende "lociones de feromonas" que por supuesto son un embuste). Algunos fenómenos, como la sincronización de los ciclos menstruales de mujeres que habitan juntas, parecen responder ellas. Y un famoso estudio halló que, olfateando camisetas sudadas (¡en serio!), las mujeres preferían a ciertos varones: aquellos cuyos genes MHC (relacionados con la inmunidad) fueran más distintos a los propios. La lógica evolutiva de esto es que los hijos de padres con genes MHC distintos tendrán mejores sistemas inmunitarios.
Pero hasta hace poco no había evidencia de que el órgano vomeronasal humano, que parece estar atrofiado, pudiera funcionar. Por eso es interesante enterarse, en la revista Scientific American Mindde febrero, que se ha descubierto que un pequeño y frecuentemente ignorado nervio craneal realmente lo conecta con las áreas cerebrales que controlan la reproducción.
En resumen, quizá sí existe la famosa "química" que produce atracciones (ya no tan) inexplicables entre personas. Pero mientras no se confirme, tendremos que seguir dependiendo de los métodos tradicionales para ligar.
¡Mira!
1) La excelente revista de difusión Ciencias, de la Facultad de Ciencias de la UNAM, celebrará 25 años el sábado 3 de marzo a las 14 horas en la Feria del Libro de Minería (salón 3). Conviene, además de leerla, asistir al festejo,
2) Mientras el rector de la UNAM pide "poner la educación en el centro de las políticas nacionales", Calderón aumenta 46% el salario de militares el Día del Ejército. ¿Hará lo mismo con los docentes cuando llegue el Día del Maestro? Cuestión de prioridades...
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Hola. Les comparto la columna de esta semana. Saludos
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
¿ Vacas o bacterias?
Martín Bonfil Olivera
28 de febrero de 2007
La nota publicada en MILENIO Diario la semana pasada, sobre el peligro que corre la riqueza biológica (especialmente la microbiológica) en el Valle de Cuatro Ciénegas, en el desierto de Chihuahua, es ejemplo de un tipo de conflictos por desgracia cada vez más comunes: los que confrontan intereses económicos y conservación ambiental.
En Cuatro Ciénegas, aparte de una riqueza de más de 70 especies endémicas (exclusivas del lugar), lo que está amenazado son las formaciones biogeológicas conocidas como estromatolitos: estructuras formadas por capas sucesivas de bacterias y depósitos minerales, que se hallan en las pozas de Cuatro Ciénegas desde hace unos 200 millones de años.
Su importancia radica en que son reliquias vivas del pasado de la vida, y pueden proporcionar importantes pistas para entender no sólo su origen, sino su futuro. El estudio de la riqueza de bacterias como éstas nos puede ayudar a entender mejor su papel en la regulación de los gases atmosféricos, entre ellos los gases de invernadero.
Cuatro Ciénegas está amenazado por la excesiva extracción de agua para sembrar alfalfa en parajes cercanos, promovida por compañías lecheras. Afortunadamente, al parecer se acaba de aprobar una veda a la extracción y el retiro de las compañías... ¡bien por los defensores de la riqueza biológica!
Por cierto, la ganadería también afecta el ambiente mediante la liberación de gases de invernadero: se calcula que una vaca libera diariamente 50 litros de metano.
¡Mira!
Dice ayer Carlos Mota en su columna que "Greenpeace atenta contra México" al oponerse a la siembra de vegetales transgénicos (todos los vegetales de cultivo han sido "mejorados genéticamente", mediante técnicas tradicionales).
Quizá tenga razón, pero las cosas no son blancas o negras. Sin defender las posiciones exageradas o mentirosas que maneja Greenpeace, lo cierto es que la siembra de maíz transgénico en nuestro país es un asunto complejo, con varios riesgos. Algunos a la salud, pues no se ha comprobado su inocuidad; pero otros, gravísimos, a la biodiversidad. Es un hecho que las secuencias transgénicas contaminan los maíces criollos, únicos de nuestro país. Igual que en Cuatro Ciénegas, los intereses económicos y alimentarios no deben ser el único criterio para tomar decisiones que afectan al ambiente, a nuestra riqueza biológica y a futuras generaciones.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
¿ Vacas o bacterias?
Martín Bonfil Olivera
28 de febrero de 2007
La nota publicada en MILENIO Diario la semana pasada, sobre el peligro que corre la riqueza biológica (especialmente la microbiológica) en el Valle de Cuatro Ciénegas, en el desierto de Chihuahua, es ejemplo de un tipo de conflictos por desgracia cada vez más comunes: los que confrontan intereses económicos y conservación ambiental.
En Cuatro Ciénegas, aparte de una riqueza de más de 70 especies endémicas (exclusivas del lugar), lo que está amenazado son las formaciones biogeológicas conocidas como estromatolitos: estructuras formadas por capas sucesivas de bacterias y depósitos minerales, que se hallan en las pozas de Cuatro Ciénegas desde hace unos 200 millones de años.
Su importancia radica en que son reliquias vivas del pasado de la vida, y pueden proporcionar importantes pistas para entender no sólo su origen, sino su futuro. El estudio de la riqueza de bacterias como éstas nos puede ayudar a entender mejor su papel en la regulación de los gases atmosféricos, entre ellos los gases de invernadero.
Cuatro Ciénegas está amenazado por la excesiva extracción de agua para sembrar alfalfa en parajes cercanos, promovida por compañías lecheras. Afortunadamente, al parecer se acaba de aprobar una veda a la extracción y el retiro de las compañías... ¡bien por los defensores de la riqueza biológica!
Por cierto, la ganadería también afecta el ambiente mediante la liberación de gases de invernadero: se calcula que una vaca libera diariamente 50 litros de metano.
¡Mira!
Dice ayer Carlos Mota en su columna que "Greenpeace atenta contra México" al oponerse a la siembra de vegetales transgénicos (todos los vegetales de cultivo han sido "mejorados genéticamente", mediante técnicas tradicionales).
Quizá tenga razón, pero las cosas no son blancas o negras. Sin defender las posiciones exageradas o mentirosas que maneja Greenpeace, lo cierto es que la siembra de maíz transgénico en nuestro país es un asunto complejo, con varios riesgos. Algunos a la salud, pues no se ha comprobado su inocuidad; pero otros, gravísimos, a la biodiversidad. Es un hecho que las secuencias transgénicas contaminan los maíces criollos, únicos de nuestro país. Igual que en Cuatro Ciénegas, los intereses económicos y alimentarios no deben ser el único criterio para tomar decisiones que afectan al ambiente, a nuestra riqueza biológica y a futuras generaciones.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Hola. Les comparto la columna de esta semana. Saludos
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
¡Cómo ves!
Martín Bonfil Olivera
7 de marzo de 2001
Los signos de admiración del título de esta colaboración sustituyen a los de interrogación en el nombre de la revista de divulgación científica ¿Cómo ves?, que hoy celebra su número 100. Y expresan el gusto por este logro.
¿Cómo ves? es un proyecto de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, surgido en diciembre de 1998 para llevar la cultura científica al público juvenil. Ha aparecido puntualmente durante 100 meses, y ha logrado con creces sus objetivos. Hoy es indiscutiblemente la publicación universitaria más exitosa del país, con un tiraje mensual de 20 mil ejemplares y más de mil 200 suscriptores. A lo largo de sus más de ocho años de existencia, ¿Cómo ves? se ha convertido no sólo en una lectura amena y disfrutable para muchos jóvenes (y adultos) en el país, sino también en un útil recurso didáctico que emplean profesores en muchas escuelas, para beneficio de sus alumnos.
Los temas que ha abarcado con claridad, actualidad y rigor incluyen todas las áreas del conocimiento científico, y sigue sorprendiendo. Este columnista ha contribuido con sus reflexiones en la sección "Ojo de mosca" durante este tiempo, por lo que festeja también 100 colaboraciones.
Para celebrar, hoy 7 de marzo, a las 17:30 horas, se develará una placa y habrá un coctel en el Museo de Ciencias Universum (zona cultural, Ciudad Universitaria, DF). Está usted invitado a celebrar con nosotros. Y por supuesto, si no la conoce, ¡busque ¿Cómo ves? en su puesto de periódicos o en locales cerrados donde vendan revistas! Seguro que la disfrutará.
¡Mira!
Según comentó Álvaro Cueva el pasado 2 de marzo, el programa "Sida: derecho de réplica", presentado en el mismo espacio televisivo (Reporte 13) donde se presentaron las peligrosas ideas de los negacionistas del sida, resultó un fracaso. Grave que los científicos que acudieron no hayan sido asesorados por expertos en medios y comunicación. Y grave que Ricardo Rocha, titular del programa, no entienda que la ciencia es distinta de otras fuentes noticiosas: el periodismo científico requiere de expertos. De otro modo se llega a otorgar credibilidad a charlatanes peligrosos. Todos salimos perdiendo con esto. Reiteremos: el sida es causado por un virus, pero el condón evita el contagio. Para quien ya está infectado, las terapias antirretrovirales modernas son la única opción que ofrece un nivel de vida digno.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
¡Cómo ves!
Martín Bonfil Olivera
7 de marzo de 2001
Los signos de admiración del título de esta colaboración sustituyen a los de interrogación en el nombre de la revista de divulgación científica ¿Cómo ves?, que hoy celebra su número 100. Y expresan el gusto por este logro.
¿Cómo ves? es un proyecto de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM, surgido en diciembre de 1998 para llevar la cultura científica al público juvenil. Ha aparecido puntualmente durante 100 meses, y ha logrado con creces sus objetivos. Hoy es indiscutiblemente la publicación universitaria más exitosa del país, con un tiraje mensual de 20 mil ejemplares y más de mil 200 suscriptores. A lo largo de sus más de ocho años de existencia, ¿Cómo ves? se ha convertido no sólo en una lectura amena y disfrutable para muchos jóvenes (y adultos) en el país, sino también en un útil recurso didáctico que emplean profesores en muchas escuelas, para beneficio de sus alumnos.
Los temas que ha abarcado con claridad, actualidad y rigor incluyen todas las áreas del conocimiento científico, y sigue sorprendiendo. Este columnista ha contribuido con sus reflexiones en la sección "Ojo de mosca" durante este tiempo, por lo que festeja también 100 colaboraciones.
Para celebrar, hoy 7 de marzo, a las 17:30 horas, se develará una placa y habrá un coctel en el Museo de Ciencias Universum (zona cultural, Ciudad Universitaria, DF). Está usted invitado a celebrar con nosotros. Y por supuesto, si no la conoce, ¡busque ¿Cómo ves? en su puesto de periódicos o en locales cerrados donde vendan revistas! Seguro que la disfrutará.
¡Mira!
Según comentó Álvaro Cueva el pasado 2 de marzo, el programa "Sida: derecho de réplica", presentado en el mismo espacio televisivo (Reporte 13) donde se presentaron las peligrosas ideas de los negacionistas del sida, resultó un fracaso. Grave que los científicos que acudieron no hayan sido asesorados por expertos en medios y comunicación. Y grave que Ricardo Rocha, titular del programa, no entienda que la ciencia es distinta de otras fuentes noticiosas: el periodismo científico requiere de expertos. De otro modo se llega a otorgar credibilidad a charlatanes peligrosos. Todos salimos perdiendo con esto. Reiteremos: el sida es causado por un virus, pero el condón evita el contagio. Para quien ya está infectado, las terapias antirretrovirales modernas son la única opción que ofrece un nivel de vida digno.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Hola. Les comparto la columna de esta semana. Saludos
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
¿Ciencia o religión?
Martín Bonfil Olivera
14 de marzo de 2007
Parecería brusco o exagerado plantear la disyuntiva que encabeza esta columna, si no fuera porque la vida política nos la pone enfrente.
Basta ver los diarios: el lunes pasado, MILENIO Diario anunciaba: "El viernes, la primera unión gay en la Ciudad de México". El titular de la página opuesta (física y simbólicamente) era "Católicos del DF, contra el aborto". Lo notable es que en estos días se discuten en la capital -y en todo el país- temas en los que el punto de vista liberal "fundamentado en los principios democráticos, los derechos humanos y el conocimiento científico" y la visión de la Iglesia católica se oponen frontalmente.
La lucha por dar derechos iguales a las minorías sexuales -no hay justificación para tener ciudadanos de segunda- ha sido caracterizada por la Iglesia, incomprensiblemente, como parte de la "cultura de la muerte". Este tramposo concepto propagandístico, diseñado por el Vaticano para hacer creer que quienes se oponen a su doctrina luchan "contra la vida", forma también el núcleo del discurso que se opone a la despenalización (ojo: no la promoción) del aborto y de la eutanasia, dos de las metas planteadas por el PRD y el PRI para el DF.
El discurso eclesiástico -respaldado por el PAN- insiste en que la vida (humana) debe defenderse "desde la concepción hasta la muerte natural". Pero la discusión no es si un feto está vivo; es si se trata de una vida humana.
La ciencia indica que durante las primeras semanas de gestación, y al menos hasta la aparición de un sistema nervioso funcional, no hay por qué considerar que un feto es un ser humano: no tiene conciencia ni sentido de individualidad. Pero, aunque no lo digan, detrás de la concepción católica está la idea de que la vida humana incluye un alma inmaterial, presente desde la fecundación.
Así que en este tema, y en de la eutanasia, a discutir próximamente, la disyuntiva es ineludible. ¿Qué es preferible, ciencia o religión?
Mi respuesta personal es que depende para qué. Si es para tomar decisiones que afectarán de modo determinante el bienestar personal y comunitario, no hay duda de que la ciencia ofrece conocimiento confiable, a diferencia del dogma religioso. En última instancia, se trata de decidir entre una sociedad que trata a sus ciudadanos como adultos capaces de tomar sus propias decisiones, o una dominada por el paternalismo impositivo de la Iglesia.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
¿Ciencia o religión?
Martín Bonfil Olivera
14 de marzo de 2007
Parecería brusco o exagerado plantear la disyuntiva que encabeza esta columna, si no fuera porque la vida política nos la pone enfrente.
Basta ver los diarios: el lunes pasado, MILENIO Diario anunciaba: "El viernes, la primera unión gay en la Ciudad de México". El titular de la página opuesta (física y simbólicamente) era "Católicos del DF, contra el aborto". Lo notable es que en estos días se discuten en la capital -y en todo el país- temas en los que el punto de vista liberal "fundamentado en los principios democráticos, los derechos humanos y el conocimiento científico" y la visión de la Iglesia católica se oponen frontalmente.
La lucha por dar derechos iguales a las minorías sexuales -no hay justificación para tener ciudadanos de segunda- ha sido caracterizada por la Iglesia, incomprensiblemente, como parte de la "cultura de la muerte". Este tramposo concepto propagandístico, diseñado por el Vaticano para hacer creer que quienes se oponen a su doctrina luchan "contra la vida", forma también el núcleo del discurso que se opone a la despenalización (ojo: no la promoción) del aborto y de la eutanasia, dos de las metas planteadas por el PRD y el PRI para el DF.
El discurso eclesiástico -respaldado por el PAN- insiste en que la vida (humana) debe defenderse "desde la concepción hasta la muerte natural". Pero la discusión no es si un feto está vivo; es si se trata de una vida humana.
La ciencia indica que durante las primeras semanas de gestación, y al menos hasta la aparición de un sistema nervioso funcional, no hay por qué considerar que un feto es un ser humano: no tiene conciencia ni sentido de individualidad. Pero, aunque no lo digan, detrás de la concepción católica está la idea de que la vida humana incluye un alma inmaterial, presente desde la fecundación.
Así que en este tema, y en de la eutanasia, a discutir próximamente, la disyuntiva es ineludible. ¿Qué es preferible, ciencia o religión?
Mi respuesta personal es que depende para qué. Si es para tomar decisiones que afectarán de modo determinante el bienestar personal y comunitario, no hay duda de que la ciencia ofrece conocimiento confiable, a diferencia del dogma religioso. En última instancia, se trata de decidir entre una sociedad que trata a sus ciudadanos como adultos capaces de tomar sus propias decisiones, o una dominada por el paternalismo impositivo de la Iglesia.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Hola. Aquí les comnparto la columna de esta semana. Saludos
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Aborto: la esencia del debate
Martín Bonfil Olivera
21 de marzo de 2007
La discusión sobre la legalización del aborto ya está aquí. Pero algunos de sus puntos centrales a veces quedan sepultados ante una avalancha de datos, opiniones y frases incendiarias (Carlos Abascal hablando de una "ley de sangre").
Y la esencia del debate es, precisamente, la idea de que existe una "esencia" de lo humano: que la cuestión de si un óvulo fecundado o un embrión de pocos días es o no una persona es algo tajante, que sólo admite como respuesta "sí" o "no".
El papa Ratzinger lo ha expresado admirablemente, al declarar que la llamada "defensa de la vida" no es negociable. Y al descalificar, al mismo tiempo, lo que él llama el "relativismo moral" como un peligro para la humanidad.
Pero si algo nos ha enseñado la ciencia -y la filosofía, pues en este caso han caminado paralelamente- es precisamente que, al menos en el mundo natural, las esencias no existen.
Un veneno, por ejemplo, no es intrínsecamente venenoso, a menos que se especifique la dosis. A ciertas dosis, indiscutiblemente causará la muerte. Pero en dosis bajas será inofensivo (el famoso botox es ilustrativo: se trata de la toxina botulínica, el más potente veneno conocido, pero una cantidad suficientemente pequeña sólo paralizará los músculos faciales, eliminando las arrugas). Entonces, ¿es veneno o no es veneno? Depende. De la dosis, en este caso. Este "depende" es el famoso relativismo al que tanto teme el Vaticano.
Incluso un elemento químico, cuya naturaleza parece esencial e indiscutible (el oro es oro aquí y en China), pierde esta cualidad si lo analizamos a nivel subatómico: los electrones, neutrones y protones que conforman un átomo de oro no son electrones "de oro", sino comunes y corrientes, indistinguibles de los de cualquier otro elemento.
Así que, ¿un embrión es un ser humano, o no? ¿Abortar es terminar una vida humana? Depende de qué estemos hablando, en qué contexto y con qué fines.
Antes de preferir la defensa intransigente de un principio abstracto de "esencia humana" a los derechos y el bienestar de una mujer embarazada que, por las razones que ella tenga, decide terminar con un embarazo temprano, habría al menos que abrir una discusión amplia, informada y que no admita falsas esencias sin sustento científico ni principios "no negociables". Finalmente, de eso se trata la democracia, ¿no?
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Aborto: la esencia del debate
Martín Bonfil Olivera
21 de marzo de 2007
La discusión sobre la legalización del aborto ya está aquí. Pero algunos de sus puntos centrales a veces quedan sepultados ante una avalancha de datos, opiniones y frases incendiarias (Carlos Abascal hablando de una "ley de sangre").
Y la esencia del debate es, precisamente, la idea de que existe una "esencia" de lo humano: que la cuestión de si un óvulo fecundado o un embrión de pocos días es o no una persona es algo tajante, que sólo admite como respuesta "sí" o "no".
El papa Ratzinger lo ha expresado admirablemente, al declarar que la llamada "defensa de la vida" no es negociable. Y al descalificar, al mismo tiempo, lo que él llama el "relativismo moral" como un peligro para la humanidad.
Pero si algo nos ha enseñado la ciencia -y la filosofía, pues en este caso han caminado paralelamente- es precisamente que, al menos en el mundo natural, las esencias no existen.
Un veneno, por ejemplo, no es intrínsecamente venenoso, a menos que se especifique la dosis. A ciertas dosis, indiscutiblemente causará la muerte. Pero en dosis bajas será inofensivo (el famoso botox es ilustrativo: se trata de la toxina botulínica, el más potente veneno conocido, pero una cantidad suficientemente pequeña sólo paralizará los músculos faciales, eliminando las arrugas). Entonces, ¿es veneno o no es veneno? Depende. De la dosis, en este caso. Este "depende" es el famoso relativismo al que tanto teme el Vaticano.
Incluso un elemento químico, cuya naturaleza parece esencial e indiscutible (el oro es oro aquí y en China), pierde esta cualidad si lo analizamos a nivel subatómico: los electrones, neutrones y protones que conforman un átomo de oro no son electrones "de oro", sino comunes y corrientes, indistinguibles de los de cualquier otro elemento.
Así que, ¿un embrión es un ser humano, o no? ¿Abortar es terminar una vida humana? Depende de qué estemos hablando, en qué contexto y con qué fines.
Antes de preferir la defensa intransigente de un principio abstracto de "esencia humana" a los derechos y el bienestar de una mujer embarazada que, por las razones que ella tenga, decide terminar con un embarazo temprano, habría al menos que abrir una discusión amplia, informada y que no admita falsas esencias sin sustento científico ni principios "no negociables". Finalmente, de eso se trata la democracia, ¿no?
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Y aquí tienen, mis estimados camaradas, la columna de esta semana. Saludos
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
El tesoro metagenómico
Martín Bonfil Olivera
28 de marzo de 2007
J. Craig Venter es un científico loco, pero también genial.
Primero decidió ganarle al Proyecto Genoma Humano la carrera para descifrar nuestra información genética. Fundó la compañía Celera y anunció que usaría la técnica conocida como shotgun (escopetazo): en vez de aislar ordenadamente los cromosomas humanos, fragmentarlos y "secuenciarlos" (leerlos), prefirió tomar todo el genoma, partirlo al azar, leer cada pedacito y luego, con poderosos métodos bio-computacionales, ordenar el rompecabezas para recrear el texto genómico completo. Parecía imposible, pero lo logró, aunque oficialmente se declaró un empate.
Para su nueva aventura, Venter compró el velero Sorcerer II, lo equipó y se lanzó, durante 2003 y 2004, a recorrer miles de kilómetros desde Canadá, pasando por Florida, Yucatán, el Caribe y el canal de Panamá, hasta las islas del Pacífico sur. Cada 200 millas, recolectaban agua de mar y la pasaban por filtros sucesivamente más pequeños, hasta aislar bacterias y virus.
Luego... ¡adivinó!: los molían, purificaban el ADN revuelto de cualquier cosa que hubiera ahí, lo secuenciaban y luego reconstruían los genomas, usando la avanzada tecnología del nuevo Instituto Venter. Esta nueva manera de estudiar la biodiversidad, aislando y secuenciando genomas de un grupo mixto de organismos, se llama metagenómica. Permite estudiar no sólo organismos conocidos, sino los que no conocemos. Se puede así estudiar la biodiversidad completa de un ecosistema dado.
El equipo de Venter -en el que colaboran microbiólogos mexicanos, encabezados por Valeria Souza, del Instituto de Ecología de la UNAM- analiza, entre otras cosas, los genes que controlan el metabolismo de las bacterias marinas, para comprender mejor los ciclos del carbono y el nitrógeno en el océano, que influyen de manera determinante en la composición y la dinámica atmosférica.
Venter ha sido acusado de querer hacer biopiratería con la expedición del Sorcerer, pero ha obtenido todos los permisos necesarios en cada país, y ha puesto a disposición de la comunidad científica mundial toda la información obtenida.
Quizá algún día el conocimiento obtenido en esta expedición nos ayude a combatir el cambio climático que hoy nos amenaza: recordemos que la atmósfera actual es en gran parte producto del metabolismo de las bacterias, el grupo de seres vivos más antiguo y numeroso del planeta.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
El tesoro metagenómico
Martín Bonfil Olivera
28 de marzo de 2007
J. Craig Venter es un científico loco, pero también genial.
Primero decidió ganarle al Proyecto Genoma Humano la carrera para descifrar nuestra información genética. Fundó la compañía Celera y anunció que usaría la técnica conocida como shotgun (escopetazo): en vez de aislar ordenadamente los cromosomas humanos, fragmentarlos y "secuenciarlos" (leerlos), prefirió tomar todo el genoma, partirlo al azar, leer cada pedacito y luego, con poderosos métodos bio-computacionales, ordenar el rompecabezas para recrear el texto genómico completo. Parecía imposible, pero lo logró, aunque oficialmente se declaró un empate.
Para su nueva aventura, Venter compró el velero Sorcerer II, lo equipó y se lanzó, durante 2003 y 2004, a recorrer miles de kilómetros desde Canadá, pasando por Florida, Yucatán, el Caribe y el canal de Panamá, hasta las islas del Pacífico sur. Cada 200 millas, recolectaban agua de mar y la pasaban por filtros sucesivamente más pequeños, hasta aislar bacterias y virus.
Luego... ¡adivinó!: los molían, purificaban el ADN revuelto de cualquier cosa que hubiera ahí, lo secuenciaban y luego reconstruían los genomas, usando la avanzada tecnología del nuevo Instituto Venter. Esta nueva manera de estudiar la biodiversidad, aislando y secuenciando genomas de un grupo mixto de organismos, se llama metagenómica. Permite estudiar no sólo organismos conocidos, sino los que no conocemos. Se puede así estudiar la biodiversidad completa de un ecosistema dado.
El equipo de Venter -en el que colaboran microbiólogos mexicanos, encabezados por Valeria Souza, del Instituto de Ecología de la UNAM- analiza, entre otras cosas, los genes que controlan el metabolismo de las bacterias marinas, para comprender mejor los ciclos del carbono y el nitrógeno en el océano, que influyen de manera determinante en la composición y la dinámica atmosférica.
Venter ha sido acusado de querer hacer biopiratería con la expedición del Sorcerer, pero ha obtenido todos los permisos necesarios en cada país, y ha puesto a disposición de la comunidad científica mundial toda la información obtenida.
Quizá algún día el conocimiento obtenido en esta expedición nos ayude a combatir el cambio climático que hoy nos amenaza: recordemos que la atmósfera actual es en gran parte producto del metabolismo de las bacterias, el grupo de seres vivos más antiguo y numeroso del planeta.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Y aquí tienen a la santísima columna de esta semana. Saludos
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Ley natural
Martín Bonfil Olivera
4 de abril de 2007
Continúa el debate sobre la aprobación de la causal de "daño al proyecto de vida" para excluir a mujeres embarazadas de responsabilidad penal por abortos realizados en las primeras 12 semanas de la gestación.
La iniciativa, necesaria y justa, reconoce el derecho de las mujeres a decidir no sobre su cuerpo -el embrión es un organismo individual, distinto a la madre-, sino sobre si desean o no tener un hijo en un momento determinado, y a recibir apoyo de las instituciones de salud al que tienen derecho.
Sin embargo, la oposición de la derecha religiosa continúa y se radicaliza. Uno de los argumentos que se esgrimen es el de la "ley natural". El papa declaró en febrero, al inaugurar en Roma el Congreso Internacional sobre Derecho Natural, que "La ley natural expresa esas normas inderogables y obligatorias, que no dependen de la voluntad del legislador y tampoco del consenso que los Estados pueden darles, pues son normas anteriores a cualquier ley humana y, como tales, no admiten intervenciones de nadie para derogarlas". Se trata, según la jerarquía católica, de principios no negociables que van incluso por encima de las leyes nacionales.
Es curioso ver a una iglesia que critica la "soberbia" de la ciencia en temas como la clonación o la investigación con células madre mostrar tal arrogancia. Pues incluso las leyes de la física, que a diferencia de las humanas, no pueden ser violadas -nadie puede "decidir" no obedecer la ley de la gravedad, o la de la conservación de la masa y la energía-, en realidad son relativas. Dependen del contexto.
En nuestro universo, rigen leyes físicas que podrían haber sido distintas si las condiciones del big bang hubieran sido otras. Las leyes de la química o la biología, en cambio, son menos universales: admiten excepciones. Esto se debe a que su dependencia del contexto es mayor. Un mismo fármaco tendrá efectos distintos dependiendo de las particularidades del organismo que lo reciba, por ejemplo.
El papa y su iglesia dirán, claro, que tales leyes -físicas, biológicas, etc.- fueron instauradas por su Dios. Al menos sería bueno que fueran honestos y, mientras insisten en imponer sus creencias, aceptaran que lo que defienden es, en todo caso, una supuesta ley sobrenatural.
¡Mira!
Con esta entrega, que coincide con la semana santa, esta nada piadosa columna celebra sus primeras 200 colaboraciones, hecho que agradece a sus lectores.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Ley natural
Martín Bonfil Olivera
4 de abril de 2007
Continúa el debate sobre la aprobación de la causal de "daño al proyecto de vida" para excluir a mujeres embarazadas de responsabilidad penal por abortos realizados en las primeras 12 semanas de la gestación.
La iniciativa, necesaria y justa, reconoce el derecho de las mujeres a decidir no sobre su cuerpo -el embrión es un organismo individual, distinto a la madre-, sino sobre si desean o no tener un hijo en un momento determinado, y a recibir apoyo de las instituciones de salud al que tienen derecho.
Sin embargo, la oposición de la derecha religiosa continúa y se radicaliza. Uno de los argumentos que se esgrimen es el de la "ley natural". El papa declaró en febrero, al inaugurar en Roma el Congreso Internacional sobre Derecho Natural, que "La ley natural expresa esas normas inderogables y obligatorias, que no dependen de la voluntad del legislador y tampoco del consenso que los Estados pueden darles, pues son normas anteriores a cualquier ley humana y, como tales, no admiten intervenciones de nadie para derogarlas". Se trata, según la jerarquía católica, de principios no negociables que van incluso por encima de las leyes nacionales.
Es curioso ver a una iglesia que critica la "soberbia" de la ciencia en temas como la clonación o la investigación con células madre mostrar tal arrogancia. Pues incluso las leyes de la física, que a diferencia de las humanas, no pueden ser violadas -nadie puede "decidir" no obedecer la ley de la gravedad, o la de la conservación de la masa y la energía-, en realidad son relativas. Dependen del contexto.
En nuestro universo, rigen leyes físicas que podrían haber sido distintas si las condiciones del big bang hubieran sido otras. Las leyes de la química o la biología, en cambio, son menos universales: admiten excepciones. Esto se debe a que su dependencia del contexto es mayor. Un mismo fármaco tendrá efectos distintos dependiendo de las particularidades del organismo que lo reciba, por ejemplo.
El papa y su iglesia dirán, claro, que tales leyes -físicas, biológicas, etc.- fueron instauradas por su Dios. Al menos sería bueno que fueran honestos y, mientras insisten en imponer sus creencias, aceptaran que lo que defienden es, en todo caso, una supuesta ley sobrenatural.
¡Mira!
Con esta entrega, que coincide con la semana santa, esta nada piadosa columna celebra sus primeras 200 colaboraciones, hecho que agradece a sus lectores.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Hola. Les comparto la columna de esta semana de mi buen amigo Martín. Saludos
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Charlatanes por diversión
Martín Bonfil Olivera
11 de abril de 2007
Soy libra con ascendente escorpión. Eso, según los astrólogos, me convierte en alguien muy interesante. Buen dato para iniciar una conversación, pero no creo una palabra: estoy seguro de que mi encantadora personalidad no es consecuencia de influencias astrales.
Sí, ya lo sé: la astrología tiene una larga historia que se remonta al menos hasta los sumerios (¿o eran los asirios?); de ella nació la astronomía, y miles de personas en el mundo -de todo hay en la viña de Darwin- creen que los astros controlan sus vidas.
La verdad es que tal creencia carece de todo fundamento. Es imposible que un objeto a miles de años luz influya en lo que sucede en la Tierra: es mayor la atracción gravitacional de un coche estacionado junto a nosotros, por ejemplo, que la de cualquier astro cercano. Las estrellas que forman las "constelaciones" de la bóveda celeste en realidad no están en un mismo plano, sino muy distantes entre sí: vistas desde otro ángulo no tienen ninguna relación.
Dos gemelos nacidos con instantes de diferencia pueden tener vidas radicalmente distintas. Por ejemplo, uno puede morir de niño y el otro no. Existen cantidad de estudios rigurosos que una y otra vez revelan que, si las estrellas influyen en nuestras vidas, es sólo a través de las decisiones que tomamos basados en tal creencia.
La astrología llega a ser peligrosa: se dice que Ronald Reagan solía consultar a un asesor astrológico antes de tomar decisiones de Estado. También es triste: cientos de incautos con problemas serios recurren, desesperados, a estafadores que se hacen pasar por videntes, psíquicos y adivinos, y que constantemente se anuncian en radio, televisión y prensa.
Estos vivales deberían ser acusados de fraude: venden un producto falso. Pero comprobarlo sería difícil. Por eso es ingeniosa la solución adoptada por la Procuraduría Federal del Consumidor, al decretar que los "servicios de adivinación, psíquicos y horóscopos" están obligados, desde el 1 de abril, a modificar su publicidad y "señalar que se trata de un servicio de entretenimiento, (y) que la interpretación y uso del servicio es responsabilidad exclusiva del consumidor".
Ya lo sabe: si usa uno de estos abusivos servicios, recuerde que es sólo por diversión. A $60 pesos por mensaje de texto o $52 por minuto de llamada, le saldría mucho más barato ir al cine. O contratar un payaso.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Charlatanes por diversión
Martín Bonfil Olivera
11 de abril de 2007
Soy libra con ascendente escorpión. Eso, según los astrólogos, me convierte en alguien muy interesante. Buen dato para iniciar una conversación, pero no creo una palabra: estoy seguro de que mi encantadora personalidad no es consecuencia de influencias astrales.
Sí, ya lo sé: la astrología tiene una larga historia que se remonta al menos hasta los sumerios (¿o eran los asirios?); de ella nació la astronomía, y miles de personas en el mundo -de todo hay en la viña de Darwin- creen que los astros controlan sus vidas.
La verdad es que tal creencia carece de todo fundamento. Es imposible que un objeto a miles de años luz influya en lo que sucede en la Tierra: es mayor la atracción gravitacional de un coche estacionado junto a nosotros, por ejemplo, que la de cualquier astro cercano. Las estrellas que forman las "constelaciones" de la bóveda celeste en realidad no están en un mismo plano, sino muy distantes entre sí: vistas desde otro ángulo no tienen ninguna relación.
Dos gemelos nacidos con instantes de diferencia pueden tener vidas radicalmente distintas. Por ejemplo, uno puede morir de niño y el otro no. Existen cantidad de estudios rigurosos que una y otra vez revelan que, si las estrellas influyen en nuestras vidas, es sólo a través de las decisiones que tomamos basados en tal creencia.
La astrología llega a ser peligrosa: se dice que Ronald Reagan solía consultar a un asesor astrológico antes de tomar decisiones de Estado. También es triste: cientos de incautos con problemas serios recurren, desesperados, a estafadores que se hacen pasar por videntes, psíquicos y adivinos, y que constantemente se anuncian en radio, televisión y prensa.
Estos vivales deberían ser acusados de fraude: venden un producto falso. Pero comprobarlo sería difícil. Por eso es ingeniosa la solución adoptada por la Procuraduría Federal del Consumidor, al decretar que los "servicios de adivinación, psíquicos y horóscopos" están obligados, desde el 1 de abril, a modificar su publicidad y "señalar que se trata de un servicio de entretenimiento, (y) que la interpretación y uso del servicio es responsabilidad exclusiva del consumidor".
Ya lo sabe: si usa uno de estos abusivos servicios, recuerde que es sólo por diversión. A $60 pesos por mensaje de texto o $52 por minuto de llamada, le saldría mucho más barato ir al cine. O contratar un payaso.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
- tequileitor
- Moderador
- Mensajes: 464
- Registrado: Mar Abr 05, 2005 9:00 pm
Ya somos dos mi estimado Tequileitor. De hecho, sus columnas como éstas fue lo que me inspiró para postearles cada semana su columna (por supuesto, con el permiso de Martín). ¿Por qué no le escribes para extenderle este comentario que haces y que escriba más cosas así? Es bastante accesible y siempre te contesta los e-mails.
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
- tequileitor
- Moderador
- Mensajes: 464
- Registrado: Mar Abr 05, 2005 9:00 pm
"Ojo de mosca", como bien apuntas, en ¿Cómo ves?
Lo loco es que una vez me contó que cuando inició esa revista, él buscó algún buen título para su columna y se le ocurrió esta. Al final, descubrió que sin querer se había fusilado el título de una columna de la revista "Mosca".
Lo loco es que una vez me contó que cuando inició esa revista, él buscó algún buen título para su columna y se le ocurrió esta. Al final, descubrió que sin querer se había fusilado el título de una columna de la revista "Mosca".
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna
Hola. Les comparto la columna de esta semana. Saludos
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Señora: ¡no aborte!
Martín Bonfil Olivera
18 de abril de 2007
Cuando ese badulaque llamado Serrano Limón se presentó en la Asamblea Legislativa del DF, donde recibió una merecida lluvia de tangas, intentaba demostrar que un embrión de siete semanas tiene ya vida.
Empeño inútil y bobo: ¡claro que un embrión está vivo! Igual que el espermatozoide y el óvulo de los que proviene. Quienes se sienten inquietos por la iniciativa de despenalización del aborto que se discute en la Asamblea se preocupan por otro asunto: ¿en qué momento se puede decir que un embrión se ha convertido en un ser humano?
La discusión se ha polarizado debido a lo radical de la postura religiosa: que "El embrión humano es persona desde la fecundación", como afirma un desplegado reciente. Se toma la existencia humana como un valor absoluto, de todo o nada. En esta visión de blanco o negro, un embrión en desarrollo o un óvulo fecundado son tan completamente humanos como un bebé recién nacido.
Pero tal argumento no se sostiene. Evidentemente, un óvulo fecundado y las etapas inmediatamente posteriores, en que esta célula se va dividiendo para convertirse en mórula, blástula y gástrula no puede presentar las funciones que caracterizan a un ser humano (pensamiento, conciencia, o al menos capacidad de sentir dolor). No puede, porque las estructuras anatómicas necesarias para ello no están siquiera presentes. Sin tales funciones, hablar de ser humano no tiene sentido.
Las diferencias en "grado de humanidad" entre un óvulo fecundado, que es sólo una célula sin sensibilidad ni nada que pueda caracterizarse como "naturaleza humana" (más allá de sus genes... ¡y suponemos que no se trata de reducir la naturaleza humana a los genes!) y un bebé plenamente humano son indiscutibles. Muestran que debe existir algún punto intermedio en el embarazo por arbitrario que sea antes del cual interrumpirlo no tiene por qué ser un problema ético.
Muchas mujeres no estarán de acuerdo, quizá debido a sus creencias religiosas. A ellas les recomendaría, con toda sinceridad, ¡señora, no aborte! Pero no se preocupe por una ley que simplemente permitirá que otras mujeres que decidan hacerlo y lo están haciendo, no por gusto sino muchas veces por necesidad imperiosa no tengan que poner en riesgo sus vidas. Nadie está a favor del aborto, pero cerrar los ojos a una realidad urgente en aras de un ideal nebuloso sería imperdonablemente injusto.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
MILENIO DIARIO
La ciencia por gusto
Señora: ¡no aborte!
Martín Bonfil Olivera
18 de abril de 2007
Cuando ese badulaque llamado Serrano Limón se presentó en la Asamblea Legislativa del DF, donde recibió una merecida lluvia de tangas, intentaba demostrar que un embrión de siete semanas tiene ya vida.
Empeño inútil y bobo: ¡claro que un embrión está vivo! Igual que el espermatozoide y el óvulo de los que proviene. Quienes se sienten inquietos por la iniciativa de despenalización del aborto que se discute en la Asamblea se preocupan por otro asunto: ¿en qué momento se puede decir que un embrión se ha convertido en un ser humano?
La discusión se ha polarizado debido a lo radical de la postura religiosa: que "El embrión humano es persona desde la fecundación", como afirma un desplegado reciente. Se toma la existencia humana como un valor absoluto, de todo o nada. En esta visión de blanco o negro, un embrión en desarrollo o un óvulo fecundado son tan completamente humanos como un bebé recién nacido.
Pero tal argumento no se sostiene. Evidentemente, un óvulo fecundado y las etapas inmediatamente posteriores, en que esta célula se va dividiendo para convertirse en mórula, blástula y gástrula no puede presentar las funciones que caracterizan a un ser humano (pensamiento, conciencia, o al menos capacidad de sentir dolor). No puede, porque las estructuras anatómicas necesarias para ello no están siquiera presentes. Sin tales funciones, hablar de ser humano no tiene sentido.
Las diferencias en "grado de humanidad" entre un óvulo fecundado, que es sólo una célula sin sensibilidad ni nada que pueda caracterizarse como "naturaleza humana" (más allá de sus genes... ¡y suponemos que no se trata de reducir la naturaleza humana a los genes!) y un bebé plenamente humano son indiscutibles. Muestran que debe existir algún punto intermedio en el embarazo por arbitrario que sea antes del cual interrumpirlo no tiene por qué ser un problema ético.
Muchas mujeres no estarán de acuerdo, quizá debido a sus creencias religiosas. A ellas les recomendaría, con toda sinceridad, ¡señora, no aborte! Pero no se preocupe por una ley que simplemente permitirá que otras mujeres que decidan hacerlo y lo están haciendo, no por gusto sino muchas veces por necesidad imperiosa no tengan que poner en riesgo sus vidas. Nadie está a favor del aborto, pero cerrar los ojos a una realidad urgente en aras de un ideal nebuloso sería imperdonablemente injusto.
Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx
[El Cristianismo es] la creencia de que un zombie cósmico judío que era su propio padre puede hacerte vivir para siempre si comes simbólicamente su cuerpo y le dices telepáticamente que lo aceptas como tu amo, para que él pueda remover una fuerza maligna