Un solo villano verdadero.
Publicado: Mar Abr 22, 2008 7:50 am
De la serie Para entender al mexicano.
Curiosamente la más reciente declaración del Presidente Mexicano Calderón encierra una gran verdad: el que siembra vientos cosecha tempestades, y digo curiosamente por qué al que le acomoda esa acusación, es a él mismo.
El destinatario de tan flamígera advertencia es el líder opositor de izquierda mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien perdió ante Calderón las elecciones presidenciales por un margen de menos del 0.5%. El líder izquierdista nunca ha aceptado su derrota, incluso ha acusado de fraude electoral sin muchas pruebas al respecto, y se ha vuelto un dolor de cabeza del gobierno en turno, y una fuente de inquietud para una buena parte de la población. Sus declaraciones y acciones de protesta lo han convertido en el villano favorito de los medios de comunicación. Efectivamente, se puede concluir que es una persona intransigente y soberbia que se cree dueño de la verdad en más de un sentido, por ejemplo, cuando sus colaboradores le recomendaron cuidar las urnas electorales dado que, históricamente, el fraude electoral siempre se ha cocinado ahí, no les hizo caso, y cuando vio la elección perdida, no tuvo manera de demostrar sus sospechas de que se había fraguado un fraude. Así como, que esta plenamente convencido de que su visión es la verdad absoluta. No admite ningún critica a su proceder y cualquier acusación a su persona, métodos o colaboradores siempre será reducida, por él, a una conspiración en su contra. No admite compañeros o colaboradores, solo personas subordinadas a su voluntad. De lo que ni sus propios detractores lo han podido acusar, aunque si vincular, es que sea un político corrupto, su modesto estilo de vida contrasta con el insultante nivel de opulencia en el que viven hasta los representantes de los humildes trabajadores.
Sin embargo, lo que se podría escapar del análisis de este ( siniestro para alguno y venerable para otros) personaje; es preguntarse si él es el sembrador o la cosecha.
Partiendo de que estuvo a punto de no participar como candidato presidencial porque en México existe la absurda ley de que si estas, sometido a un proceso judicial, sin siquiera ser condenado, pierdes tus derechos políticos. El que se ha llamado el affaire del desafuero, era la pretensión política de acusarlo de un desacato de una orden judicial para quitarle sus derechos políticos, como dijo el propio López Obrador, resulta absurdo que en el país de la impunidad sea enjuiciado un funcionario que intentó abrir un camino que llevaba a un hospital, pero lo más importante es reconocer que lo único que lo salvo de ese absurdo judicial fueron la presión social, sobre todo las protestas, uno no tiene que llamar a Pavlov para darse cuenta que López Obrador vio en las concentraciones y movilizaciones la única forma de conseguir lo que se le estaba negando.
Siguiendo que entre los comentaristas políticos, sobre todo, los analistas económicos de tendencia neoliberal, que curiosamente son los únicos que tiene a su disposición la oportunidad de acceder a los medios masivos de comunicación, AMLO es constantemente descalificado y acusado de antidemócrata, sin embargo, no deja de ser un curioso reclamo; es como si un centauro le reclamara a un fauno el ser medio bruto. En México no existen en los medios masivos de comunicación comentaristas independientes o de izquierda. En los tiempos de la dictadura perfecta eran comprados, amenazados, reprimidos o ejecutados. En los casos actuales, se dejan a las “fuerzas del mercado” actuar, los dueños de los medio de comunicación son empresarios comprometidos con la política neoliberal, en realidad de “compadritos”, que se practica en México, por lo que no los contratan, o de plano los despiden porque no van de acuerdo a la política de la empresa o si son tan independientes que tienen su propio medio de comunicación, los otros empresarios no les contratan para su publicidad. La sabiduría del mercado es incuestionable y sobre todo efectiva en estos casos, en las que solo una opinión deba ser escuchada. Por lo tanto; el único dogma verdadero que el mexicano tiene “derecho” a escuchar, es la teoría de la economía neoliberal, que podrá tener mucho de positiva, pero como todo dogma de fe, no esta exenta de grandes desaciertos, sin embargo, cualquiera que este en su contra será tratado como un demagogo, un populista, un loco y un peligro para México. Y AMLO es reducido a estos términos, pero, de ser cierto esto, no son precisamente personas imparciales lo que lo afirman. El colmo de este tipo de trato lo podemos apreciar con el mayor enemigo de López Obrador, el líder de opinión Pedro Ferriz de Con, el cual, sin darse cuenta, definió con toda claridad lo que entienden los medios de comunicación lo que es libertad de expresión, democracia y civilidad. El pasado 18 de Abril de 2008, Ferriz criticó duramente la intransigencia de la izquierda liderada por AMLO, catalogándola como facciosa dado que no dejaba trabajar a los demás parlamentarios y se burlaba de la ridícula protesta de estos parlamentarios de izquierda por la aprobación de leyes en una sede alterna sin su participación, que no se merecían ser legisladores ya que no respetaban la ley, sin embargo, en la siguiente nota anunciaba que el no obedecería, de aprobarse, la ley del derecho de replicaba, que bien lo podrían meter a la cárcel, pero él no lo permitiría en el espacio radiofónico que protagoniza. Resulta de lo más aberrante que critiquen los medios de comunicación de intransigente a AMLO, y no solo por qué ellos son igual de intransigentes, sino, porque son los principales promotores de actitudes intransigentes dado que ellos no permiten a otros expresar su desacuerdo.
Finalmente en México aunque en teoría se vive un régimen democrático, no existe una cultura democrática, ni en las políticos de izquierda ni en los de derecha, los primeros pueden reclamar a los segundos que hicieron un fraude electoral, pero ellos caen en unas elecciones internas tan fraudulentas que el encargado de las elecciones, prefirió renunciar cuando lo presionaron para que declarara un ganador, seguramente les recomendó que se buscaran otro buzo para meterse a esa piscina rebosante de estiércol para encontrar el resultado. Así mismo la derecha, ahora que es gobierno, reclama la falta de espíritu democrático de la izquierda, pero no es una practica que estén dispuesta a seguir, precisamente, ganaron las elecciones cometiendo ilegalidades que fueron reconocidas por el propio tribunal electoral, el cual, también, las descalificó en su cualidad de haber influido en el resultado. Pero si nos preguntamos ¿Entonces qué fue lo que influyo para remontar la notable diferencia que había en las encuestas entre el puntero de la izquierda y el de la derecha? Obviamente la respuesta más benigna es que campaña de odio y de francas mentiras que hicieron en contra del visible ganador de izquierda, AMLO, rindieron frutos. Cualquiera que tuviera correo electrónico recibía e-mail’s de odio contra López Obrador, yo tuve que pedir a los remitentes que se abstuvieran de mandarme esas muestras de aborrecimiento, ya que creo que todo mundo tiene derecho a opinar y que no por estar equivocado, según nuestro propio juicio, necesariamente se deba odiar a la persona que no esta de acuerdo con nosotros. Así también, no obstante que la ley electoral prohíbe difamar, la derecha se aprovechaba del nulo conocimiento que tenemos de nuestro sistema de gobierno y baso su campaña de desprestigio afirmando categóricamente que AMLO era él que más había endeudado la ciudad que gobernó, situación imposible, dado que lo que gobernó no fue una entidad federativa, sino, el Distrito Federal, la única que no puede contraer deuda publica sin la aprobación del congreso, y no de su congreso local, sino, del congreso federal, que irónicamente siendo mayoritariamente opositor a AMLO, le “concedió” el permiso de endeudamiento más bajo en toda la historia de esta megaurbe, con el obvio objetivo de hacerlo fracasar en su mandato, situación que no sucedió.
Cuando al candidato de la derecha, el actual Presidente de México Felipe Calderón, el medio de comunicación más celebre le cuestiono sobre si avalaba esta campaña de odio contra su contrincante, él, un tanto incomodado, declaró “que con tal de ser presidente, como dicen en mi pueblo, haiga sido como haiga sido”. Haiga es una deformación popular de hubiera, y la frase significa: el fin justifica los medios. Pues entonces, que no se extrañe de cosechar lo que sembró.
Un analisis imparcial lo pueden ver en:
04/20/08
¿Qué hacemos con López Obrador?
Yo siento que la mayoría de los mexicanos “ve pasar” lo que en realidad le afecta, por estar entretenido con el “problema” de López Obrador; que son estos tres ejemplos recientes:
1)Mutilaron PRI y PAN la reforma del estado: Los partidos políticos PRI y PAN de mayoría en las dos cámaras evitaron que se modificara la ley que regula los medios masivos de comunicación que prohíbe los monopolios televisivos. Después de numerosas reuniones, de decenas de acuerdos, y de más de 80 millones de pesos gastados del erario, quedó fuera el tema de medios de comunicación en la Constitución, ya la regulación del espectro que debe ocupar cada concesión.
2)Reforma del Estado sin derechos humanos, Seis meses de intensos trabajos de legisladores, ONG, académicos e incluso el Alto Comisionado de derechos Humanos de la Naciones Unidas, así como 93 acuerdos iniciales, fueron borrados por un súbito cambio en la postura del Partido Acción Nacional.
3)Aprueban ley de adquisiciones, mediante el mayoriteo los partidos políticos del PRI y PAN aprobaron la ley de adquisiciones que privilegia la compra, por parte del gobierno y paraestatales, en el extranjero en lugar de las manufacturas nacionales.
Curiosamente la más reciente declaración del Presidente Mexicano Calderón encierra una gran verdad: el que siembra vientos cosecha tempestades, y digo curiosamente por qué al que le acomoda esa acusación, es a él mismo.
El destinatario de tan flamígera advertencia es el líder opositor de izquierda mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien perdió ante Calderón las elecciones presidenciales por un margen de menos del 0.5%. El líder izquierdista nunca ha aceptado su derrota, incluso ha acusado de fraude electoral sin muchas pruebas al respecto, y se ha vuelto un dolor de cabeza del gobierno en turno, y una fuente de inquietud para una buena parte de la población. Sus declaraciones y acciones de protesta lo han convertido en el villano favorito de los medios de comunicación. Efectivamente, se puede concluir que es una persona intransigente y soberbia que se cree dueño de la verdad en más de un sentido, por ejemplo, cuando sus colaboradores le recomendaron cuidar las urnas electorales dado que, históricamente, el fraude electoral siempre se ha cocinado ahí, no les hizo caso, y cuando vio la elección perdida, no tuvo manera de demostrar sus sospechas de que se había fraguado un fraude. Así como, que esta plenamente convencido de que su visión es la verdad absoluta. No admite ningún critica a su proceder y cualquier acusación a su persona, métodos o colaboradores siempre será reducida, por él, a una conspiración en su contra. No admite compañeros o colaboradores, solo personas subordinadas a su voluntad. De lo que ni sus propios detractores lo han podido acusar, aunque si vincular, es que sea un político corrupto, su modesto estilo de vida contrasta con el insultante nivel de opulencia en el que viven hasta los representantes de los humildes trabajadores.
Sin embargo, lo que se podría escapar del análisis de este ( siniestro para alguno y venerable para otros) personaje; es preguntarse si él es el sembrador o la cosecha.
Partiendo de que estuvo a punto de no participar como candidato presidencial porque en México existe la absurda ley de que si estas, sometido a un proceso judicial, sin siquiera ser condenado, pierdes tus derechos políticos. El que se ha llamado el affaire del desafuero, era la pretensión política de acusarlo de un desacato de una orden judicial para quitarle sus derechos políticos, como dijo el propio López Obrador, resulta absurdo que en el país de la impunidad sea enjuiciado un funcionario que intentó abrir un camino que llevaba a un hospital, pero lo más importante es reconocer que lo único que lo salvo de ese absurdo judicial fueron la presión social, sobre todo las protestas, uno no tiene que llamar a Pavlov para darse cuenta que López Obrador vio en las concentraciones y movilizaciones la única forma de conseguir lo que se le estaba negando.
Siguiendo que entre los comentaristas políticos, sobre todo, los analistas económicos de tendencia neoliberal, que curiosamente son los únicos que tiene a su disposición la oportunidad de acceder a los medios masivos de comunicación, AMLO es constantemente descalificado y acusado de antidemócrata, sin embargo, no deja de ser un curioso reclamo; es como si un centauro le reclamara a un fauno el ser medio bruto. En México no existen en los medios masivos de comunicación comentaristas independientes o de izquierda. En los tiempos de la dictadura perfecta eran comprados, amenazados, reprimidos o ejecutados. En los casos actuales, se dejan a las “fuerzas del mercado” actuar, los dueños de los medio de comunicación son empresarios comprometidos con la política neoliberal, en realidad de “compadritos”, que se practica en México, por lo que no los contratan, o de plano los despiden porque no van de acuerdo a la política de la empresa o si son tan independientes que tienen su propio medio de comunicación, los otros empresarios no les contratan para su publicidad. La sabiduría del mercado es incuestionable y sobre todo efectiva en estos casos, en las que solo una opinión deba ser escuchada. Por lo tanto; el único dogma verdadero que el mexicano tiene “derecho” a escuchar, es la teoría de la economía neoliberal, que podrá tener mucho de positiva, pero como todo dogma de fe, no esta exenta de grandes desaciertos, sin embargo, cualquiera que este en su contra será tratado como un demagogo, un populista, un loco y un peligro para México. Y AMLO es reducido a estos términos, pero, de ser cierto esto, no son precisamente personas imparciales lo que lo afirman. El colmo de este tipo de trato lo podemos apreciar con el mayor enemigo de López Obrador, el líder de opinión Pedro Ferriz de Con, el cual, sin darse cuenta, definió con toda claridad lo que entienden los medios de comunicación lo que es libertad de expresión, democracia y civilidad. El pasado 18 de Abril de 2008, Ferriz criticó duramente la intransigencia de la izquierda liderada por AMLO, catalogándola como facciosa dado que no dejaba trabajar a los demás parlamentarios y se burlaba de la ridícula protesta de estos parlamentarios de izquierda por la aprobación de leyes en una sede alterna sin su participación, que no se merecían ser legisladores ya que no respetaban la ley, sin embargo, en la siguiente nota anunciaba que el no obedecería, de aprobarse, la ley del derecho de replicaba, que bien lo podrían meter a la cárcel, pero él no lo permitiría en el espacio radiofónico que protagoniza. Resulta de lo más aberrante que critiquen los medios de comunicación de intransigente a AMLO, y no solo por qué ellos son igual de intransigentes, sino, porque son los principales promotores de actitudes intransigentes dado que ellos no permiten a otros expresar su desacuerdo.
Finalmente en México aunque en teoría se vive un régimen democrático, no existe una cultura democrática, ni en las políticos de izquierda ni en los de derecha, los primeros pueden reclamar a los segundos que hicieron un fraude electoral, pero ellos caen en unas elecciones internas tan fraudulentas que el encargado de las elecciones, prefirió renunciar cuando lo presionaron para que declarara un ganador, seguramente les recomendó que se buscaran otro buzo para meterse a esa piscina rebosante de estiércol para encontrar el resultado. Así mismo la derecha, ahora que es gobierno, reclama la falta de espíritu democrático de la izquierda, pero no es una practica que estén dispuesta a seguir, precisamente, ganaron las elecciones cometiendo ilegalidades que fueron reconocidas por el propio tribunal electoral, el cual, también, las descalificó en su cualidad de haber influido en el resultado. Pero si nos preguntamos ¿Entonces qué fue lo que influyo para remontar la notable diferencia que había en las encuestas entre el puntero de la izquierda y el de la derecha? Obviamente la respuesta más benigna es que campaña de odio y de francas mentiras que hicieron en contra del visible ganador de izquierda, AMLO, rindieron frutos. Cualquiera que tuviera correo electrónico recibía e-mail’s de odio contra López Obrador, yo tuve que pedir a los remitentes que se abstuvieran de mandarme esas muestras de aborrecimiento, ya que creo que todo mundo tiene derecho a opinar y que no por estar equivocado, según nuestro propio juicio, necesariamente se deba odiar a la persona que no esta de acuerdo con nosotros. Así también, no obstante que la ley electoral prohíbe difamar, la derecha se aprovechaba del nulo conocimiento que tenemos de nuestro sistema de gobierno y baso su campaña de desprestigio afirmando categóricamente que AMLO era él que más había endeudado la ciudad que gobernó, situación imposible, dado que lo que gobernó no fue una entidad federativa, sino, el Distrito Federal, la única que no puede contraer deuda publica sin la aprobación del congreso, y no de su congreso local, sino, del congreso federal, que irónicamente siendo mayoritariamente opositor a AMLO, le “concedió” el permiso de endeudamiento más bajo en toda la historia de esta megaurbe, con el obvio objetivo de hacerlo fracasar en su mandato, situación que no sucedió.
Cuando al candidato de la derecha, el actual Presidente de México Felipe Calderón, el medio de comunicación más celebre le cuestiono sobre si avalaba esta campaña de odio contra su contrincante, él, un tanto incomodado, declaró “que con tal de ser presidente, como dicen en mi pueblo, haiga sido como haiga sido”. Haiga es una deformación popular de hubiera, y la frase significa: el fin justifica los medios. Pues entonces, que no se extrañe de cosechar lo que sembró.
Un analisis imparcial lo pueden ver en:
04/20/08
¿Qué hacemos con López Obrador?
Yo siento que la mayoría de los mexicanos “ve pasar” lo que en realidad le afecta, por estar entretenido con el “problema” de López Obrador; que son estos tres ejemplos recientes:
1)Mutilaron PRI y PAN la reforma del estado: Los partidos políticos PRI y PAN de mayoría en las dos cámaras evitaron que se modificara la ley que regula los medios masivos de comunicación que prohíbe los monopolios televisivos. Después de numerosas reuniones, de decenas de acuerdos, y de más de 80 millones de pesos gastados del erario, quedó fuera el tema de medios de comunicación en la Constitución, ya la regulación del espectro que debe ocupar cada concesión.
2)Reforma del Estado sin derechos humanos, Seis meses de intensos trabajos de legisladores, ONG, académicos e incluso el Alto Comisionado de derechos Humanos de la Naciones Unidas, así como 93 acuerdos iniciales, fueron borrados por un súbito cambio en la postura del Partido Acción Nacional.
3)Aprueban ley de adquisiciones, mediante el mayoriteo los partidos políticos del PRI y PAN aprobaron la ley de adquisiciones que privilegia la compra, por parte del gobierno y paraestatales, en el extranjero en lugar de las manufacturas nacionales.