La vida y la conciencia: ¿Fenómenos originados por la unidad electromagnética?
"Es en el ADN donde la polaridad (si-no, encendido-apagado, cierto-falso) de la lógica clásica (bivaluada) y de la continuidad de la topología, se encuentran. Es aquí donde las polaridades se transforman literalmente en formas de vida".
Louis H. Kauffman.
Profesor de la Universidad de Illinois, Chicago.
Nota del editor: A partir de la lectura y discusión de este artículo se originó en Octubre de 2002 un debate entre Cornelio González, Guillermo Agudelo y Manuel de la Herrán, que puede consultarse en esta dirección. En Junio de 2003 se añadío una segunda parte, con la participación de Virgilio Sylo.
Desde muy antiguo se conocía en Grecia, la China y el Asia Menor la piedra llamada magnetita, nombre puesto a este mineral por ser procedente de la provincia griega llamada Magnesia y que tenía la propiedad de atraer o ser atraída por el hierro. Alrededor del año 1300 d.C., la brújula, legado de los chinos, -quienes utilizaban el magnetismo terrestre para orientar con tal instrumento su navegación marítima-, comenzó a ser usada en Occidente. Sin embargo, no fue sino hasta el año 1600 que el médico y físico inglés William Gilbert efectuara el primer intento de aplicar el método científico al estudio de la electricidad y el magnetismo, y publicara su libro De magnete.
En 1831, otro inglés, Michael Faraday (1791-1867), comenzó un estudio verdaderamente sistemático de la relación entre la electricidad y el magnetismo utilizando para ello los hallazgos de Charles Coulomb sobre las fuerzas entre cargas eléctricas; los de Hans Christian Oersted sobre el desvío de una aguja imantada por una corriente eléctrica; los de André Marie Ampère sobre fuerzas entre cables por los que circulan corrientes eléctricas; y los de Dominique François Arago cuando magnetizó un pedazo de hierro por el solo hecho de colocarlo cerca de un cable por el que circulaba una corriente eléctrica.
Desde un principio Faraday corroboró experimentalmente que una corriente eléctrica que se movía por un alambre generaba, inducía, lo que llamó apropiadamente un "campo" magnético que rodeaba al alambre así como también que el fenómeno se producía en sentido inverso: un "campo" magnético en movimiento producía una corriente eléctrica que circulaba por el alambre...que su vez inducía un campo magnético que...etc., etc., autoinducción (así la llamó) la cual, como veremos a continuación, hizo que su genial inventiva pudiese producir los útiles y hoy en día prácticamente indispensables motores y generadores eléctricos, artefactos los cuales, simplemente utilizan la fuerza mecánica obtenida por medios hidráulicos, eólicos, por la combustión de combustibles fósiles, etc., pero para transformarla en la discontinuidad de una corriente eléctrica entre sus dos polos positivo-negativo, discontinuidad inducida a su turno por la continuidad entre los dos polos positivo-negativo del "campo" magnético, continuidad inducida a su vez por la discontinuidad de los polos eléctricos, los que a su vez inducen a... y así, ad infinitum.
La empírica investigación de Faraday había puesto en evidencia la necesidad de una especie de tablado teatral o "campo", en el cual la electricidad y el magnetismo actuaran. Fue aquí cuando apareció en escena otro inglés: James Clerk Maxwell (1831-1879) quien en su obra magistral Tratado sobre electricidad y magnetismo, publicado en 1873, describió tal tablado o "campo" electromagnético mediante cuatro ecuaciones diferenciales que nos presentan a la electricidad y al magnetismo como las dos caras de la misma moneda, ecuaciones que operan en función de las nociones de espacio y tiempo.
Con otras palabras: en estas cuatro ecuaciones, aunque se admite implícitamente que mientras en la electricidad sus dos polos pueden existir separada y discontinuamente, y por el contrario, en el magnetismo sus dos polos siempre existirán por pares inseparables y continuos, nunca Maxwell, con base en estas características de continuidad-discontinuidad polar, hizo expresa referencia a alguna UNIDAD subyacente entre la electricidad y el magnetismo.
Al anterior respecto quiero hoy presentar a mis cibernautas lectores, una propuesta concreta: la de un campo electromagnético UNIFICADO que se auto explica desde un ángulo totalmente diferente al de Maxwell: el de la elemental operatividad aritmético-decimal, intrínseca a la auto inductiva bipolaridad si-no de la Ley (así, con mayúscula) de UNIDAD capaz de TOTALIZARSE en y por si misma. Y es esta UNITARIA y mutua inducción entre el par electricidad-magnetismo, lo que podría explicar muy bien, como mas adelante lo propongo, a fenómenos naturales tales como la Vida y la Conciencia.
La aritmética decimal de tal UNIDAD es muy simple. El símbolo / significa división y el símbolo x multiplicación. Simetría implica ausencia de diferencias entre los dos polos y asimetría lo contrario: diferencia polar:
1/Continuidad simétrica entre las dos cargas magnéticas = Discontinuidad asimétrica entre las dos cargas eléctricas.
Y/o a la inversa:
1/Discontinuidad asimétrica entre las dos cargas eléctricas = Continuidad simétrica entre las dos cargas magnéticas.
De donde:
(Continuidad simétrica entre las dos cargas magnéticas) x (Discontinuidad asimétrica entre las dos cargas eléctricas) = 1
Otra forma de decir lo mismo, es afirmar que en el "campo" electromagnético la electricidad y el magnetismo se autoinducen, es decir, se producen, se generan mutuamente, en razón de la inversa reciprocidad dentro de su propia UNIDAD.
Los números primos, 2 y 5 interpretan fielmente el asunto:
2 = Continuidad bipolar magnética caracterizada por la conjunción "y": polo magnético positivo "y" polo magnético negativo.
5 = Discontinuidad bipolar eléctrica, tipificada por la disyunción "o" que nos obliga a efectuar una elección: "o" polo eléctrico positivo "o" polo eléctrico negativo.
Las operaciones aritméticas que despliegan a la UNIDAD electromagnética son:
A). 1/2= 0.5: esta es la mitad elegida [ Nota 1 ] como carga positiva. Es discontinua y asimétrica con respecto a la "otra" mitad 0.5 no elegida, la cual sería la carga eléctrica negativa, discontinuidad a su vez inducida por la simétrica continuidad bipolar magnética del 2 y/o, a la inversa:
B). 1/5= 0.2, es la simétrica continuidad bipolar magnética positiva "y" negativa, inducida por la asimétrica discontinuidad bipolar eléctrica del 5.
La UNIDAD entre la simétrica continuidad bipolar magnética y/o la asimétrica discontinuidad bipolar eléctrica, queda demostrada mediante la inversa reciprocidad de las dos operaciones siguientes:
2 x 0.5 = 1 y/o 5 x 0.2 = 1
Se puede observar que en A) y B), el 2 y el 5 intercambian -conmutan- sus roles, bien como denominadores que ordenan la función a cumplirse y/o bien como numeradores, que como cocientes, cumplen con la función ordenada, lo que significa que si como denominador [ Nota 2 ] actúa la simétrica continuidad bipolar magnética tipificada por el entero y único primo par que es el 2, quien cumple con tal función como numerador [ Nota 3 ] , es la asimétrica discontinuidad bipolar eléctrica del cociente fraccional 0.5 y/o a la inversa: si es el entero y primo 5 quien como denominador [ Nota 2 ] ordena la discontinua y asimétrica función eléctrica a cumplirse, es la simétrica continuidad bipolar magnética de la fracción 0.2 quien, como cociente-numerador [ Nota 3 ] cumple con tal función.
Con otras palabras: la electricidad y el magnetismo son simultánea e indistintamente, tanto la interioridad de las "cosas", como la exterioridad de sus lenguajes descriptivos las cuales, siendo lo mismo... ¡son distintas! y/o a la inversa: siendo distintas... ¡son lo mismo!
Esta aparente paradoja lógica -que impone la innegable presencia del Hombre y su cognitiva capacidad lingüística como una plausible explicación de la UNIDAD electromagnética de la Naturaleza-, está involucrada con nosotros en tanto que, como entes vivos y concientes, los seres humanos somos positivamente unos generadores de nuestro propio campo bio-electromagnético, por lo cual, no es de extrañar que en nuestra relación, como Hombres, con tal paradoja, ésta también haya hecho presencia en los intentos por matematizar rigurosamente al sistema lógico humano, estructurado asimismo como una bipolar continuidad interna - discontinuidad externa entre el par informático de afirmación-negación.
Como se sabe, desde el año 1.931 el lógico matemático Kurt Gödel demostró mediante su famoso Teorema de Incompletitud, que para el Hombre es imposible la elaboración matemática de un sistema lógico cuyas premisas lógicas sean solo dos: afirmación-negación, sistema que fuera tan perfecto, que pudiera demostrarse y explicarse a si mismo, utilizando para ello a la totalidad de sus dos premisas lógicas, sin entrar en contradicción consigo mismo [ Nota 4 ] . Ahora bien, si se quiere que el sistema no entre en contradicción consigo mismo, entonces debe aceptarse que al menos una de las dos premisas lógicas por obligación se sitúe afuera, externamente, del sistema lógico que se trata de elaborar.... ¡con lo cual tal sistema ya no sería perfecto -incompleto- al no poder contener dentro de si mismo, internamente, a la totalidad de sus dos premisas lógicas, interioridad lógica que a su vez, permitiría su perfecta autocomprensión y autocomprobación!
Con otras palabras: el sistema será lógicamente consistente, es decir no será autocontradictorio, solo si el "si" o el "no" se sitúa(n) afuera del sistema... pero entonces tal sistema ya no será completo vale decir: total; y/o a la inversa: el sistema será internamente lógico, completo, total,.... pero a costa de ser inconsistente, es decir, autocontradictorio.
Sin embargo, la Naturaleza, utilizando métodos propios de la autoinductiva y continua-discontinua bipolaridad si-no de la Ley de UNIDAD, capaz de TOTALIZAR en y por si misma al "campo" bioelectromagnético propio de la vida animal y que estamos en vía de conocer mejor, ha producido sistemas electromagnéticos vivos y concientes, capaces, al menos en teoría, de conocerse y explicarse a si mismos: ¡nosotros, los animales humanos!
Pero el espíritu de esta Ley, -en cierta forma y utilizando eufemísticamente la bella figura literaria del Génesis 1, 2, que nos dice: "La tierra era algo caótico y vacío, y tinieblas cubrían la superficie del abismo, mientras el espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas"-, así también el espíritu de la Ley cubre con su vuelo y regula como un programa informático (software) de UNIDAD TOTALIZANTE a las continuas-discontinuas co-relaciones bipolares si-no [ Nota 5 ] entre los einstenianos aspectos másico-energéticos de la Naturaleza o lo que es lo mismo: entre los aspectos espacio-temporales de la historia de la evolución del Hombre.
Con otras palabras: cuando el Hombre se expresa lingüísticamente, -vale decir subjetiva y externamente-, en términos de espacio-tiempo, lo está haciendo, simultánea y objetivamente, como el fenómeno másico-energético de orden biológico que como Hombre se constituye.
Todavía más simplemente: espacio-tiempo es el externo (luego discontinuo) lenguaje humano para describir a la continua interioridad másico-energética de la Naturaleza.
[1] Detállese que se puede indistintamente elegir, como carga eléctrica positiva, o bien a "esta" mitad 0.5 o bien a la"otra". En ambos casos, la "otra" mitad 0.5 no elegida, (la cual, aunque no aparezca en la operación 1/2 = 0.5 su oculta presencia es innegable), vendría a ser la carga eléctrica negativa.
[2] Que como tal es un lenguaje que describe externamente, a la "cosa"numerada.
[3] Que como tal es la interioridad de la "cosa" numerada, cuantificada.
[4] Contradicción consigo mismo: lo que Gödel demostró fue la imposibilidad de darle tanto al "si" como al "no" caracteres esencialmente absolutos, lo que, de modo automático, implica exactamente lo contrario: que el "si" y/o el "no" sean concepciones mutuamente relativas y en consecuencia, dada tal relatividad, sea imposible para el Hombre producir "verdades" que afirmen o nieguen algo de manera radical. Con otras palabras: en el sistema lógico humano conformado por el par afirmación-negación, es imposible decidirse de manera absoluta, o bien por el "si" o bien por el "no".
Un ejemplo de tal autocontradicción e indecibilidad, y que ya en su época el apóstol Pablo parece tangencialmente aludir en su epístola a Tito 1,12 es la paradoja del cretense Epiménides: los cretenses han tenido siempre fama de mentirosos; entonces, cuando Epiménides afirma: "soy mentiroso",... ¿está diciendo una mentira o está diciendo la verdad?
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