Acerca de la Sagrada Biblia, por Robert G. Ingersoll, 1894
Publicado: Vie Dic 26, 2008 1:59 pm
Acerca de la Sagrada Biblia
por Robert G. Ingersoll
(Traducción del inglés por Ludisto Mirinda)
Introducción
I - El origen de la Biblia
II - ¿Está inspirado el Antiguo Testamento?
III - Los Diez Mandamientos
IV - ¿Qué valor tiene?
V - ¿Era Jehová un Dios de amor?
VI - La administración de Jehová
VII - El Nuevo Testamento
VIII - La filosofía de Cristo
IX - ¿Dio Cristo un buen ejemplo?
X - ¿Por qué colocar a Cristo en la cumbre de la humanidad?
XI - Inspiración
XII - La verdadera Biblia
Introducción
Alguien debiera decir la verdad acerca de la biblia. Los predicadores no se atreven, porque serían echados de sus púlpitos. Los profesores de escuelas no se atreven, pues perderían sus salarios. Los políticos no se atreven. Serían derrotados. Los publicistas no se atreven. Perderían subscriptores. Los comerciantes no se atreven, porque perderían clientes. Las personas de la sociedad no se atreven, por temor a desprestigiarse. Ni siquiera los oficinistas se atreven, porque serían despedidos. Y por lo tanto lo haré yo.
Millones de personas creen que la biblia es la palabra inspirada de Dios -- millones que creen que este libro es báculo y guía, consejero y consolador; que llena el presente de paz y el futuro de esperanza -- millones que creen que es fuente de leyes, justicia y compasión, y que el mundo debe su libertad, riqueza y civilización a sus sabias y benignas enseñanzas -- millones que se imaginan que este libro es una revelación de la sabiduría y el amor de Dios al cerebro y el corazón de la humanidad -- millones que consideran este libro como una antorcha que vence la obscuridad de la muerte, y vuelca sus resplandores sobre otro mundo --un mundo sin una lágrima.
Se olvidan ellos de su ignorancia y salvajismo, su odio a la libertad, su persecución religiosa; recuerdan solamente el cielo, pero se olvidan del calabozo del castigo eterno. Se olvidan de que encarcela el cerebro y corrompe el corazón. Se olvidan de que es el enemigo de la libertad intelectual. La libertad es mi religión. La libertad de las manos y del cerebro, del pensamiento y el trabajo. Libertad es palabra odiada por reyes, detestada por papas. Es una palabra que quiebra tronos y altares, que deja a los coronados sin súbditos, y a la mano extendida de la superstición sin limosnas. La libertad es la flor y el fruto de la justicia, el perfume de la compasión. La libertad es el suelo y la simiente, el aire y la luz, el rocío y la lluvia del progreso, el amor y la alegría.
I - El origen de la Biblia
Unas pocas familias errantes -- pobres, miserables, sin educación, artes ni oficios ni poder; descendientes de los que habían sido esclavos por cuatrocientos años; tan ignorantes como los habitantes del África Central, acababan de escapar de sus amos al desierto de Sinaí. Su jefe era Moisés, hombre que había sido criado en la familia del Faraón y que había aprendido las leyes y la mitología de Egipto. A fin de controlar a sus secuaces, pretendía estar guiado y ayudado por Jehová, el dios de tales errabundos.
Todo lo que sucedía se atribuía a la intervención de ese dios. Moisés declaró que se encontraba con ese dios cara a cara; que en la cima del Sinaí había recibido las planchas de piedra en que habían sido escritos por el dedo de ese dios los Diez Mandamientos, y que en adición a ellos, Jehová había dado a conocer los sacrificios y ceremonias que le agradaban, y las leyes por las cuales el pueblo debería ser gobernado.
De este modo se establecieron la religión judía y el Código Mosaico.
Ahora se afirma que esta religión y estas leyes fueron y son reveladas y establecidas para toda la humanidad.
En aquel tiempo, esos errabundos no comerciaban con otras naciones, no tenían lenguaje escrito, no sabían ni leer ni escribir. No tenían medios de dar a conocer esta revelación a otras naciones, y por ello permaneció enterrada en la jerga de unas pocas tribus desconocidas, ignorantes y paupérrimas, durante más de dos mil años.
Muchos siglos después de que Moisés, el cabecilla, había muerto; muchos siglos después de que todos sus seguidores habían fallecido, se escribió el Pentateuco, obra de muchos escritores, y para darle fuerza y autoridad, se formuló la pretensión de que Moisés había sido el autor.
Ahora sabemos que el Pentateuco no fue escrito por Moisés.
Se mencionan poblaciones que no existían cuando Moisés vivía.
Se menciona dinero, no acuñado hasta siglos después de su muerte.
Y así, muchas de las leyes no eran aplicables a vagabundos del desierto -- leyes sobre agricultura, sobre el sacrificio de bueyes, carneros y palomas, acerca de la tejeduría de telas, acerca de ornamentos de oro y plata, acerca del cultivo de la tierra, acerca de cosechas, del trillado de cereales, acerca de casas y templos, acerca de ciudades de refugio, y de muchas otras cosas de imposible aplicación a unos pocos hambrientos que vagaban sobre arenas y rocas.
No solamente admiten ahora los teólogos inteligentes y honrados que Moisés no fue el autor del Pentateuco, sino también que nadie sabe quiénes fueron los autores, o quién escribió uno sola de estos libros, o un capítulo, o un renglón. Sabemos que no se escribieron en una misma generación; que no fueron escritos por una sola persona; que están llenos de errores y contradicciones. Se admite también que Josué no escribió el libro que lleva su nombre, porque refiere sucesos que no acontecieron hasta mucho tiempo después de su muerte.
Nadie sabe, ni pretende saber, quién fue el autor de Jueces. Todo lo que sabemos es que se escribió siglos después de que los jueces habían dejado de existir. Nadie conoce el autor de Ruth, ni del Primero y Segundo de Samuel; todo lo que sabemos que Samuel no escribió los libros que llevan su nombre. En el capítulo 25 del Primer libro de Samuel se relata cómo él fue criado por la Bruja de Endor.
Nadie conoce el autor de los libros Primero y Segundo de Reyes, y el Segundo de Crónicas; todo lo que sabemos es que son libros carentes de todo valor.
Sabemos que los Salmos no fueron escritos por David. En los Salmos se habla del Cautiverio, y eso no tuvo lugar sino hasta unos quinientos años después de que David "durmió con sus padres."
Sabemos que Salomón no escribió los proverbios ni el Cantar de los Cantares; que Isaías no escribió el libro que lleva su nombre; que nadie sabe el autor de Job, Eclesiastés, o Ester, o de ningún otro libro del Antiguo Testamento, con excepción del de Ezra (Esdras).
Sabemos que Dios no se menciona en ninguna forma en el libro de Ester. Sabemos también que el libro es cruel, absurdo e imposible.
Dios no se menciona en el Cantar de Salomón, el mejor libro del Antiguo Testamento.
Y sabemos que Eclesiastés fue escrito por un incrédulo.
Sabemos también que los judíos mismos no habían decidido hasta el siglo segundo después de Cristo cuáles libros eran inspirados o auténticos.
Sabemos que la idea de una inspiración fue creciendo lentamente, y que la inspiración fue determinada por individuos que tenían ciertos objetivos que alcanzar.
II - ¿Está inspirado el Antiguo Testamento?
Si lo está, debiera ser un libro que ningún ser humano -- ningún número de humanos -- podría producir.
Debería contener la perfección de la filosofía.
Debería estar en perfecto acuerdo con todos los hechos de la naturaleza.
No debería contener errores de astronomía, geología, o de cualquier otro sujeto o ciencia.
Su moral debería ser la más elevada, la más pura.
Sus leyes y reglamentos para la regulación de la conducta deberían ser justos, sabios, perfectos, y totalmente idóneos para lograr los fines deseados.
No debería contener nada calculado para hacer al hombre cruel, rencoroso, vengativo o infame.
Debería estar lleno de inteligencia, justicia, pureza, honestidad, misericordia y espíritu de libertad.
Debería manifestarse contra las luchas y guerras, la esclavitud y la concupiscencia, la ignorancia, la credulidad y la superstición.
Debería desarrollar el cerebro y civilizar el corazón.
Debería satisfacer el corazón y el cerebro de los mejores y más sabios.
Debería ser cierto.
¿Se ajusta el Antiguo Testamento a esos patrones?
¿Hay algo en el Antiguo Testamento -- en historia, en teoría, en leyes, en gobierno, en moral, en ciencia -- superior a las ideas, creencias, costumbres y prejuicios de los autores y de la gente entre las cuales vivían?
¿Hay algún rayo de luz de alguna fuente sobrenatural?
Los antiguos hebreos creían que la Tierra era el centro del universo, y que el sol, la luna y las estrellas, eran puntos en el cielo.
La biblia está de acuerdo con eso.
Creían que la Tierra era plana, con cuatro esquinas; que el cielo, el firmamento, era sólido -- el piso de la casa de Jehová.
La biblia enseña eso mismo.
Creían que el sol se movía alrededor de la Tierra, y que deteniendo al sol el día se prolongaría.
La biblia está de acuerdo con eso.
Creían que Adán y Eva habían sido las primeras personas; que habían sido creados no hace muchos años, y que ellos, los hebreos, son sus descendientes directos.
La biblia enseña eso.
Si de algo podemos estar seguros es de que los escritores de la biblia estaban equivocados en cuanto a la creación, la astronomía, la geología, acerca de las causas de los fenómenos, el origen del mal y la causa de la muerte.
Ahora bien, hay que admitir que si un ser perfecto fue el autor de la biblia, él sabía todas las ciencias, todos los hechos, y no pudo haber cometido un error.
Si, por consiguiente, hay errores, malas interpretaciones, falsas teorías, mitos ignorantes y disparates en la biblia, tuvo que haber sido hecha por seres imperfectos, es decir, por hombre ignorantes y equivocados.
Nada puede ser más claro que esto.
Durante siglos la Iglesia insistió en que la biblia era absolutamente cierta; que no contenía equivocaciones; que la historia de la creación era cierta; que su astronomía y su geología estaban de acuerdo con los hechos; que los hombres de ciencia que diferían del Antiguo Testamento eran infieles y ateos.
Ahora eso ha cambiado. Los cristianos educados admiten que los escritores de la biblia no estaban inspirados en cuanto a ninguna de las ciencias. Saben que Dios, o Jehová, no inspiró a los escritores de su libro con el fin de que educaran al mundo sobre astronomía, geología, o ciencia alguna. Admiten ahora que los inspirados señores que escribieron el Antiguo Testamento no sabían nada de ciencia alguna, y que escribieron sobre la Tierra, las estrellas, el sol y la luna, de acuerdo con la ignorancia general de su época.
Se necesitaron muchos siglos para obligar a los teólogos a admitir eso. A regañadientes, llenos de malas intenciones y odio, los clérigos se retiraron del campo, dejando la victoria a la ciencia.
Adoptaron otra posición. Declararon que los autores, o más bien los escritores, de la biblia, estaban inspirados en cosas espirituales y morales; que Jehová quería dar a conocer a sus hijos su voluntad y su amor infinito por ellos; que Jehová, viendo a la gente malvada, ignorante y depravada, quiso hacerlos piadosos y justos, sabios y espirituales, y que la biblia está inspirada en cuanto a sus leyes, la religión que enseña, y sus ideas de gobierno.
Este es el asunto ahora. ¿Está la biblia en cualquier grado más correcta en sus ideas sobre la justicia, la compasión, la moral, o la religión, que en su concepto de las ciencias?
¿Es moral?
Condona la esclavitud -- permite la poligamia.
¿Hubiese podido hacer peor un demonio?
¿Es compasiva?
En la guerra alzó la bandera negra; ordenó la destrucción, la masacre, de todos, viejos, enfermos, desvalidos, esposas y bebés.
¿Eran sus leyes inspiradas?
Cientos de faltas se condenan con la muerte. Recoger ramas el domingo, asesinar al padre el lunes, eran crímenes de igual magnitud. No hay en la literatura mundial un código más sangriento. La ley de la venganza, de la represalia, fue la ley de Jehová. Ojo por ojo, diente por diente, miembro por miembro.
Esto es salvajismo, no filosofía.
¿Es justa y razonable?
La biblia está opuesta a la tolerancia religiosa -- a la libertad religiosa. Todo el que difería de la mayoría era muerto a pedradas.
La investigación era un crimen. Se ordenaba a los esposos denunciar a la esposa incrédula y ayudar a darle muerte.
Es la enemiga del Arte. "No harás imágenes." Eso fue la muerte del Arte.
Palestina nunca ha producido un pintor ni un escultor.
¿Es civilizada la biblia?
Defiende el embuste, el hurto, el robo, el asesinato, la venta de carne estropeada a los extranjeros, y hasta el sacrificio de seres humanos a Jehová.
¿Es filosófica?
Enseña que los pecados de las personas pueden trasladarse a un animal, a una cabra. Hace de la maternidad una falta por la cual hay que hacer una ofrenda de pecado.
Era una falta dar a luz un varón, y doble falta dar a luz una hembra.
Hacer aceite para el cabello similar al que usaban los clérigos era un delito castigable con la muerte.
La sangre de un ave sacrificada sobre agua corriente era considerada una medicina.
¿Sería capaz un dios civilizado de embarrar sus altares con sangre de bueyes, corderos y palomas? ¿Haría él carniceros de todos sus sacerdotes? ¿Se deleitaría con el olor de la carne quemándose?
III - Los Diez Mandamientos
Algunos abogados cristianos -- algunos eminentes y estúpidos jueces -- han dicho y siguen diciendo que los Diez Mandamientos son la base de toda ley.
Nada podría ser más absurdo. Mucho antes de que se dictasen esos mandamientos, había códigos legales en India y en Egipto, leyes contra el asesinato, el perjurio, el hurto, el adulterio y el fraude. Tales leyes son tan antiguas como la sociedad humana; tan viejas como el amor a la vida; como la industria, como la idea de la prosperidad, como el amor humano.
De los Diez Mandamientos, todos los que son buenos son viejos; todos los que son nuevos son estúpidos. Si Jehová hubiese estado civilizado, hubiera dejado afuera el mandamiento de observar el Sábado, y en su lugar hubiera dicho: "No esclavices a tu prójimo." Hubiera omitido el que se refiere a juramentos, y dicho: "El hombre tendrá una sola esposa, y la mujer un solo esposo." Hubiera omitido el que se refiere a imágenes talladas, y dicho en su lugar: "No librarás guerras de exterminio, y no desenvainarás la espada excepto en defensa propia."
Si Jehová hubiese sido civilizado, ¡cuán superiores hubiesen sido los Diez Mandamientos!
Todo lo que llamamos progreso, la emancipación del hombre, el trabajo, la substitución de la pena de muerte por el encarcelamiento, de la prisión por simple multa, la destrucción de la poligamia, la libertad de expresión, los derechos de conciencia, en pocas palabras, todo lo que ha tendido al desarrollo y a la civilización del ser humano; todos los resultados de la investigación, la observación, la experiencia y el libre pensamiento; todo lo que el hombre ha logrado para beneficio del hombre desde el final de la Edad del Oscurantismo, ha sido logrado a pesar del Antiguo Testamento.
Permítanme poner de relieve la moral, la compasión, la filosofía y la bondad del Antiguo Testamento:
LA HISTORIA DE ACHÁN
Josué tomó la ciudad de Jericó. Antes de la caída de la ciudad, declaró que todo el botín tomado sería para el Señor.
A pesar de esa orden, Achán escondió alguna plata y oro.
Después Josué trató de tomar la ciudad de Ai. Fracasó, y muchos de sus soldados murieron. Josué investigó la causa de su derrota y descubrió que Achán había escondido una pieza de vestir, doscientas monedas de plata y una cuña de oro. Achán confesó.
A continuación, Josué tomó a Achán, a sus hijos e hijas, sus bueyes y ovejas, y los mató a pedradas a todos y quemó los cuerpos.
No hay nada que indique que los hijos e hijas habían cometido crimen alguno. Ciertamente, los bueyes y ovejas no debían haber sido muertos a pedradas por el crimen de su dueño. ¡He ahí la justicia, la misericordia, de Jehová!
Después de que Josué cometió tal crimen, con la ayuda de Jehová capturó la ciudad de Ai.
LA HISTORIA DE ELISHA
"Y de allí fue para Betel, y cuando iba por el camino, salieron unos niños de la ciudad y se burlaban de él, y le decían, 'Sigue por ahí, calvo'.
"Y el se volvió y los miró, y los maldijo en nombre del Señor. Y salieron del bosque dos osas y despedazaron a cuarenta y dos de los niños.
¡Eso fue obra del buen Dios, el misericordioso Jehová!
LA HISTORIA DE DANIEL
El Rey Darío había honrado y exaltado a Daniel, y los príncipes nativos estaban celosos. Así, pues, indujeron al rey a que firmara un decreto a efectos de que cualquier hombre que pidiese algo a hombre o a dios, a excepción del Rey Darío, durante treinta días, debería ser echado en la guarida de los leones.
Después, estos hombres supieron que Daniel rezaba a Jehová tres veces todos los días con el rostro hacia Jerusalén.
Después de lo cual Daniel fue echado en la guarida de los leones; se colocó una piedra en la entrada, sellada con el sello real.
El Rey pasó una noche mala. A la mañana siguiente fue a la guarida y llamó a Daniel a gritos. Daniel contestó, diciendo al Rey que Dios había enviado su ángel y cerrado la boca a los leones.
Daniel fue sacado vivo y bien, y el Rey se convirtió, creyendo en el dios de Daniel.
Darío, siendo entonces creyente del dios verdadero, mandó a llamar a los hombres que habían acusado a Daniel, con sus esposas e hijos, y los echó a todos en la guarida de los leones.
"Y los leones les rompieron todos los huesos en pedacitos."
¿Qué habían hecho las esposas y los pequeños niños? ¿En qué forma habían ofendido al Rey Darío, el creyente en Jehová? ¿Quien protegió a Daniel? ¡Jehová! ¿Quién dejó de proteger a las inocentes esposas y sus hijos? ¡Jehová!
LA HISTORIA DE JOSÉ
El Faraón tuvo un sueño, y este sueño fue interpretado por José.
Según la interpretación, iba a haber en Egipto siete años de abundancia, seguidos de siete años de hambre. José aconsejó al Faraón que comprara todo lo sobrante de los siete años de abundancia y la almacenara para los años de hambre.
El Faraón nombró a José ministro o agente suyo, y le ordenó que comprara los granos de los años de abundancia.
Vino entonces el hambre. La gente acudía al Rey pidiendo ayuda. Él les contestaba que acudieran a José e hicieran lo que él dijese.
José vendió trigo a los egipcios hasta que emplearon todo el dinero que tenían - hasta que él se quedó con todo el dinero.
Cuando se les acabó el dinero, la gente decía: "Danos trigo y te daremos nuestro ganado."
José les dejó adquirir trigo hasta que todo el ganado vacuno, todos los caballos y todas las manadas fueron dadas a él.
Entonces la gente dijo: "Danos trigo y te daremos nuestras tierras."
Así, José les cedió trigo hasta que hubieron de ceder todas sus tierras.
Pero el hambre continuaba, y así, pues, los desventurados se vendieron a sí mismos, y todos se tornaron siervos del Faraón.
Entonces José les dio simiente, e hizo un acuerdo con ellos de que deberían para siempre ceder al Faraón un quinto de todo lo que cosecharan.
¿Quién hizo posible a José interpretar el sueño del Faraón? ¡Jehová! ¿Sabía Él en ese momento que José iba a usar la información adquirida para robar y esclavizar al pueblo de Egipto? Sí. ¿Quién produjo el hambre? ¡Jehová!
Es perfectamente claro que los judíos no consideraban a Jehová dios de Egipto - dios de todo el mundo. Era su propio dios, y de ellos solamente. Otras naciones tenían dioses, pero Jehová era superior a todos los demás. Odiaba a todas las demás naciones y a todos los otros dioses, y detestaba todas las religiones a excepción de la adoración de sí mismo.
IV - ¿Qué valor tiene?
¿Podría algún erudito decirnos qué valor tiene el Génesis?
Sabemos que no es cierto -- que se contradice a sí mismo. Hay dos relatos de la creación en los capítulos primero y segundo. En el primer relato, las aves y los animales fueron creados antes que el hombre.
En el segundo, el hombre fue creado antes que las aves y animales.
En el primero, las aves son hechas del agua.
En el segundo, las aves fueron hechas de la tierra.
En el primero, Adán y Eva son creados juntos.
En el segundo, Adán fue hecho; entonces los animales y aves, y entonces Eva fue creada de una de las costillas de Adán.
Estas historias son mucho más antiguas que el Pentateuco.
Persa: Dio creó el mundo en seis días, un hombre llamado Adama y una mujer llamada Evah, y entonces descansó.
Las historias etruscas, babilonias, fenicias, caldeas y egipcias son igualísimas.
Los persas, griegos, egipcios, chinos e hindúes tienen su Jardín del Edén y su Árbol de la Vida.
Así también los persas, los babilonios, los nubios, la gente del sur de la India, todos tenían la historia de la caída del hombre y la astuta serpiente.
Los chinos dicen que el pecado vino al mundo por la desobediencia de la mujer. Y hasta los tahitianos nos cuentan que el hombre fue creado de la tierra, y la primera mujer, de uno de sus huesos.
Todas estas historias son igualmente auténticas y de igual valor para el mundo, y todos sus autores estuvieron igualmente inspirados.
Sabemos también que la historia del diluvio es mucho más antigua que el libro Génesis, y sabemos también que no es cierta.
Sabemos que esta historia del Génesis fue copiada de los caldeos. Allí se encuentra todo lo de la lluvia, el arca, los animales, la paloma que soltaron tres veces, y la montaña donde el arca descansó.
De modo que los hindúes, chinos, parsis, persas, griegos, mexicanos y escandinavos tienen substancialmente la misma historia.
También sabemos que el relato de la Torre de Babel es una ignorante fábula infantil.
¿Entonces que queda del inspirado libro Génesis? ¿Hay en él una palabra calculada para desarrollar el corazón o el cerebro? ¿Hay en él algún pensamiento elevado, un gran principio, algo poético, alguna palabra que reviente como el capullo de una flor?
¿Hay algo en él excepto monótonos y detallados relatos de cosas que nunca sucedieron?
¿Hay algo en el Éxodo calculado para hacer al hombre generoso, cariñoso, noble?
¿Está bien enseñar a los niños que Dios torturó al inocente ganado de los egipcios --los mató magullándolos con piedras de granizo-- por causa de los pecados del Faraón?
¿Nos hace compasivos creer que Dios mató a los primogénitos de los egipcios -- los primogénitos del pueblo pobre y sufrido -- de la lastimosa joven que trabajaba en el molino -- por causa de la maldad del rey?
¿Podemos creer que los dioses de Egipto realizaban milagros? ¿Que cambiaron el agua en sangre, y palitos en serpientes?
En el Éxodo no hay un solo pensamiento original ni una sola línea de algún valor.
Sabemos, si es que algo sabemos, que este libro fue escrito por salvajes -- salvajes que creían en la esclavitud, la poligamia, las guerras de exterminio. Sabemos que la historia que se cuenta es imposible, y que los milagros nunca tuvieron lugar. Este libro admite que hay otros dioses además de Jehová. En el capítulo 17 aparece este versículo: "Ahora sé que el Señor es mayor que todos los dioses." (Nota del traductor: No fue posible localizar tal expresión en el capítulo 17 de la Sagrada Biblia para la Familia Católica, pero sí el versículo Éxodo 18; 11, que sigue: "Ahora conozco bien que el Señor es grande sobre todos los dioses, como se ha visto.")
Así, en este libro bendito se predica el deber del sacrificio humano -- el sacrificio de bebés.
En el capítulo 22 se encuentra esta orden: "No serás perezoso en darme las primicias de tus frutas maduras y tus licores; el primogénito de tus hijos, el primero de tus bueyes y ovejas, siete días estarán con la madre, y el día octavo me los ofrecerás."
¿Ha servido el Éxodo de ayuda o de obstáculo a la especie humana?
Quite del Éxodo las leyes que pertenecen a todas las naciones, y ¿quedará algo de valor?
¿Hay algo de importancia en el Levítico? ¿Hay algún capítulo que merezca la pena de leerse? ¿Qué interés tenemos en las ropas de los sacerdotes, en las cortinas y cirios del tabernáculo, en las tenazas y palas del altar, o en el aceite para el cabello a usar por los levitas?
¿De qué utilidad el cruel código, los espeluznantes castigos, las maldiciones, las falsedades y los milagros de este libro ignorante e infame?
¿Y qué hay en el libro de Números, con sus sacrificios y el agua de los celos, con su pan de proposición y sus cucharas, sus cabritos y harina fina, su aceite y candelabros, sus pepinos, cebolla y maná, que ayude e instruya a la humanidad? ¿Qué interés tenemos en la rebelión de Korah, el agua de la separación, las cenizas de una novilla (ternera) roja, la descarada serpiente, el agua que seguía a la gente colina arriba y abajo durante cuarenta años, y el asno inspirado del profeta Balaam? ¿Han estos absurdos y crueldades, estas supersticiones infantiles y salvajes, ayudado a civilizar al mundo?
¿Hay algo en Josué -- con sus guerras, sus asesinatos y masacres, sus espadas chorreando la sangre de las madres y bebés, sus torturas y mutilaciones, sus fraudes y furia, su odio y su venganza -- calculado para mejorar el mundo?
¿No hiere cada capítulo el corazón de todo buen hombre? ¿Es un libro para leer a los niños?
El libro de Josué es tan inmisericorde como el hambre, tan feroz como el corazón de un animal salvaje. Es la historia, la justificación, la santificación, de casi todo crimen.
El libro de Jueces es más o menos igual, nada más que derramamiento de sangre, la horrible historia de Jael y de Sísera, de Gideón y sus trompetas y jarras, de Jeftá y su hija, a quien asesinó para complacer a Jehová.
Aquí encontramos la historia de Sansón, en que un dios-sol ha sido cambiado en gigante hebreo.
Lean este libro de Josué -- lean sobre el asesinato de mujeres, esposas, madres con sus bebés -- lean sus imposibles milagros, sus crímenes desalmados, todo hecho de acuerdo con las órdenes de Jehová, y díganme si este libro está calculado para hacernos clementes, generosos y cariñosos.
Reconozco que la historia de Ruth es en algunos aspectos una historia hermosa y conmovedora; que se relata con naturalidad, y que su amor por Naomí era profundo y puro. Pero en materia de noviazgo difícilmente aconsejaríamos a nuestras hijas seguir el ejemplo de Ruth. No obstante, debemos recordar que Ruth era una viuda.
¿Hay nada digno de leerse en los libros Primero y Segundo de Samuel? ¿Debe un profeta de Dios cortar en pedazos a un rey capturado? ¿Es la historia del arca, su captura y devolución, de importancia para nosotros? ¿Es correcto, justo y compasivo matar cincuenta mil hombres porque habían mirado al interior de una caja? ¿De qué provecho nos sirven las guerras de Saúl y de David, las historias de Goliat y la Bruja de Endor? ¿Por qué tuvo que matar Jehová a Uzzah por extender la mano para impedir que cayera el arca, mientras que perdonaba a David por asesinar a Uría y robarle la esposa?
De acuerdo con "Samuel," David hizo un censo del pueblo. Esto causó la ira de Jehová, y como castigo permitió a David escoger entre siete años de hambre, tres meses de fuga delante de sus enemigos, o tres días de pestilencia. David, teniendo confianza en Dios, escogió los tres días de pestilencia, y en consecuencia Dios, el misericordioso, por el pecado de David, mató a setenta mil personas inocentes.
¿En esas mismas circunstancias qué hubiese hecho un diablo?
¿Hay alguna cosa en Primero y Segundo de Reyes que sugiera la idea de inspiración?
Cuando David estaba muriendo, le dice a su hijo Salomón que asesine a Joab, que no permita que su canosa cabeza baje al sepulcro en paz. Con su último aliento ordena a su hijo arrancar la cabeza canosa de Shimel. Habiendo pronunciado esas palabras compasivas, el buen David, el hombre hecho al corazón de Dios, durmió con sus padres.
¿Era necesario inspirar al hombre que escribió la historia de la construcción del templo, o la historia de la visita de la Reina de Sheba, o decir el número de esposas de Salomón?
¿Qué nos interesa la atrofia de la mano de Jeroboam, la profecía de Jehú, o la historia de Elías y los cuervos?
¿Podemos creer que Elías trajo llamas del cielo, o que por fin fue al Paraíso en una carroza de fuego?
¿Podemos creer la multiplicación por Elisha del aceite de la viuda, que un ejército quedó ciego, o que un hacha flotó en el agua?
¿Nos civiliza leer sobre la decapitación de los setenta hijos de Ajab, el arrancar los ojos de Zedekías, y el asesinato de sus hijos? ¿Hay una sola palabra en Primero y Segundo de Reyes calculada para hacer al hombre mejor?
Primero y Segundo de Crónicas no es más que una repetición de lo que se dice en Primero y Segundo de Reyes. Las mismas viejas historias, un poco omitido, un poco añadido, pero ni mejoradas ni empeoradas en ningún respecto.
El libro de Ezra carece de importancia. Nos dice que Cirus, Rey de Persia, lanzó una proclamación para construir un templo en Jerusalén, y que declaró que Jehová era el verdadero y único dios.
Nada podía ser más absurdo. Ezra nos cuenta su regreso del cautiverio, la construcción del Templo, su dedicación, unos cuantos rezos, y eso es todo. Este libro carece de importancia y de utilidad.
Nehemías es más o menos lo mismo, solamente cuenta la construcción de un muro, las quejas del pueblo por los impuestos, una lista de los que regresaron de Babilonia, un catálogo de los que moran en Jerusalén, y la dedicación de los muros. Ni una palabra en Nehemías vale la pena de leerse.
Viene entonces el libro de Ester. En él nos cuentan que el Rey Ahasueras estaba ebrio, que mandó a traer a su reina, Vashti, para que mostrara sus encantos a él y a sus invitados. Vashti se negó. Esto enfureció al rey, y ordenó que de cada provincia se trajesen ante él las más bellas doncellas, para escoger una y substituir a Vashti.
Entre otras, le trajeron a Ester, una judía. Fue la escogida y se hizo la esposa del rey. Entonces un caballero nombrado Hamán quería que se diese muerte a todos los judíos, y el rey, no sabiendo que Ester era de esa raza, firmó un decreto de que se matasen todos los judíos.
Gracias a los esfuerzos de Mordecai y de Ester, el decreto fue anulado y los judíos se salvaron.
Hamán preparó un cadalso para ahorcar a Mordecai, pero la buena Ester se las arregló para que Hamán y sus diez hijos fuesen ahorcados en el cadalso que Hamán había construido, y a los judíos les permitieron dar muerte a más de 75,000 de los súbditos del rey.
Ésa es la inspirada historia de Ester.
En el libro de Job encontramos algunos sentimientos elevados, algunos pensamientos sublimes y estúpidos, algo de lo maravilloso y sublime de la naturaleza, las alegrías y pesares de la vida, pero la historia es infame.
Algunos de los Salmos son buenos, muchos son indiferentes, unos cuantos son infames. En ellos se mezclan los vicios y las virtudes. Tiene versos que enaltecen, versos que degradan. Hay oraciones por perdón y por venganza. En la literatura del mundo no hay nada más cruel ni más infame que el salmo 109.
En los Proverbios hay mucha sutilezas, muchas expresiones substanciosas y prudentes, muchas sabias declaraciones. Las mismas ideas se expresan de muchas maneras -- la sabiduría de la economía y el silencio, los peligros de la vanidad y el ocio. Algunas son triviales, otras tontas, y muchas sabias. Estos proverbios no son generosos, no son altruísticos. Dichos de igual significado se encuentran en todas las naciones.
Eclesiastés es el libro más inteligente de la biblia. Fue escrito por un incrédulo -- un filósofo -- un agnóstico. Quítenle las interpolaciones, y está de acuerdo con el pensamiento del siglo diecinueve. En este libro aparecen los pasajes más filosóficos y poéticos de la biblia.
Después de cruzar todo un desierto de muerte y crimen, después de haber leído el Pentateuco, Josué, Jueces, Samuel, Reyes y Crónicas, es una delicia llegar a esta plantación de palmas llamada El Cantar de los Cantares, de Salomón. Drama de amor, de amor humano; poema sin Jehová, poema nacido del corazón, y fiel a los divinos instintos del alma.
"Duermo yo, pero no mi corazón."
Isaías es obra de varios. Sus palabras infladas, sus vagas imágenes, sus profecías y maldiciones, sus desvaríos contra reyes y naciones, su burla de la sabiduría del hombre, su odio a la alegría. no contienen la más ligera tendencia a aumentar el bienestar humano.
En este libro se consigna el más absurdo de todos los milagros. La sombra del reloj de sol retrocede diez grados para convencer a Ezequías de que Jehová le va a conceder quince años más de vida.
¡En este milagro, el mundo, girando de oeste a este a una velocidad de más de mil millas (unos 1.500 kilómetros) por hora, no solamente se detiene, sino que gira en dirección contraria hasta que la sombra del reloj retrocede diez grados! ¿Hay en el mundo entero un hombre o una mujer inteligente que crea esta imposible falsedad?
Jeremías nada contiene de importancia - no hechos de valor, nada más que un afán de criticar, lamentaciones, refunfuños, gemidos, maldiciones y promesas; nada más que hambre y oración, la prosperidad del malvado, la ruina de los judíos, el cautiverio y el regreso, y por último, Jeremías, el traidor, en el cepo y el calabozo.
Lamentaciones es simplemente la continuación de los arrebatos del mismo demente pesimista; nada sino polvo, ropa de saco y cenizas, lágrimas y gemidos, denuncias y denuestos.
Y Ezekiel -- comiendo manuscritos, profetizando sitio y desolación, con visiones de carbones de fuego, de querubines, de ruedas con ojos, y la forma y figura de la caldera hirviente, y la resurrección de los huesos desecados -- no tiene utilidad alguna ni valor posible.
Con Voltaire, digo que cualquiera que admire a Ezekiel debería verse obligado a cenar con él.
Daniel es un sueño desordenado, una pesadilla.
¿Qué puede sacarse de este libro con su imagen de una cabeza de oro, con pecho y brazos de plata, con vientre y muslos de cobre, con piernas de hierro y pies de hierro y barro; con su escritura en la pared, su guarida de leones, y su visión del carnero y la cabra?
¿Hay algo que aprender de Oseas y su esposa? ¿Hay algo útil en Joel, Amos, Obadía? ¿Podemos sacar algo bueno de Jonás y su calabacera? ¿Es posible que Dios sea el verdadero autor de Micas y Nahum, de Habakkuk y Zefanía, de Haggai y Malachi y Zecarías, con sus caballos rojos, sus cuatro cuernos, sus cuatro carpinteros, su rollo volador, sus montañas de cobre y su piedra con cuatro ojos? (Nota del traductor: Los nombres propios que se consignan se escriben en forma distinta en cada una de ocho biblias que tengo abiertas sobre mi mesa de trabajo)
¿Hay algo en estos "inspirados" libros que haya sido de beneficio a la humanidad?
¿Nos han enseñado a cultivar la tierra, a construir casas, a tejer telas, a preparar alimentos?
¿Nos han enseñado a pintar cuadros, cincelar estatuas, construir puentes, o vapores, o algo de belleza o utilidad? ¿Hemos sacado del Antiguo Testamento nuestras ideas de gobierno, libertad religiosa, libertad de pensamiento? ¿Hemos sacado de alguno de estos libros pizca de ciencia alguna? ¿Hay en el "sagrado volumen" una palabra, una línea que haya aumentado la riqueza, la sabiduría, la felicidad de la humanidad? ¿Es alguno de los libros del Antiguo Testamento tan entretenido como "Robinson Crusoe," "Los Viajes de Gulliver," o "Peter Wilkins y su Esposa Voladora"? ¿Sabía el autor del Génesis tanto sobre la naturaleza como Humbolt, o Darwin, o Haeckel? ¿Es el llamado Código Mosaico tan sabio, o tan compasivo como el código de cualquier nación civilizada? ¿Fueron los escritores de Reyes y Crónicas tan grandes historiadores, tan grandes escritores, como Gibbon y Draper? ¿Es Jeremías el igual de Dickens o Thackeray? ¿Pueden los autores de Job y de los Salmos compararse con Shakespeare? ¿Por qué debemos atribuir lo mejor al hombre y lo peor a Dios?
por Robert G. Ingersoll
(Traducción del inglés por Ludisto Mirinda)
Introducción
I - El origen de la Biblia
II - ¿Está inspirado el Antiguo Testamento?
III - Los Diez Mandamientos
IV - ¿Qué valor tiene?
V - ¿Era Jehová un Dios de amor?
VI - La administración de Jehová
VII - El Nuevo Testamento
VIII - La filosofía de Cristo
IX - ¿Dio Cristo un buen ejemplo?
X - ¿Por qué colocar a Cristo en la cumbre de la humanidad?
XI - Inspiración
XII - La verdadera Biblia
Introducción
Alguien debiera decir la verdad acerca de la biblia. Los predicadores no se atreven, porque serían echados de sus púlpitos. Los profesores de escuelas no se atreven, pues perderían sus salarios. Los políticos no se atreven. Serían derrotados. Los publicistas no se atreven. Perderían subscriptores. Los comerciantes no se atreven, porque perderían clientes. Las personas de la sociedad no se atreven, por temor a desprestigiarse. Ni siquiera los oficinistas se atreven, porque serían despedidos. Y por lo tanto lo haré yo.
Millones de personas creen que la biblia es la palabra inspirada de Dios -- millones que creen que este libro es báculo y guía, consejero y consolador; que llena el presente de paz y el futuro de esperanza -- millones que creen que es fuente de leyes, justicia y compasión, y que el mundo debe su libertad, riqueza y civilización a sus sabias y benignas enseñanzas -- millones que se imaginan que este libro es una revelación de la sabiduría y el amor de Dios al cerebro y el corazón de la humanidad -- millones que consideran este libro como una antorcha que vence la obscuridad de la muerte, y vuelca sus resplandores sobre otro mundo --un mundo sin una lágrima.
Se olvidan ellos de su ignorancia y salvajismo, su odio a la libertad, su persecución religiosa; recuerdan solamente el cielo, pero se olvidan del calabozo del castigo eterno. Se olvidan de que encarcela el cerebro y corrompe el corazón. Se olvidan de que es el enemigo de la libertad intelectual. La libertad es mi religión. La libertad de las manos y del cerebro, del pensamiento y el trabajo. Libertad es palabra odiada por reyes, detestada por papas. Es una palabra que quiebra tronos y altares, que deja a los coronados sin súbditos, y a la mano extendida de la superstición sin limosnas. La libertad es la flor y el fruto de la justicia, el perfume de la compasión. La libertad es el suelo y la simiente, el aire y la luz, el rocío y la lluvia del progreso, el amor y la alegría.
I - El origen de la Biblia
Unas pocas familias errantes -- pobres, miserables, sin educación, artes ni oficios ni poder; descendientes de los que habían sido esclavos por cuatrocientos años; tan ignorantes como los habitantes del África Central, acababan de escapar de sus amos al desierto de Sinaí. Su jefe era Moisés, hombre que había sido criado en la familia del Faraón y que había aprendido las leyes y la mitología de Egipto. A fin de controlar a sus secuaces, pretendía estar guiado y ayudado por Jehová, el dios de tales errabundos.
Todo lo que sucedía se atribuía a la intervención de ese dios. Moisés declaró que se encontraba con ese dios cara a cara; que en la cima del Sinaí había recibido las planchas de piedra en que habían sido escritos por el dedo de ese dios los Diez Mandamientos, y que en adición a ellos, Jehová había dado a conocer los sacrificios y ceremonias que le agradaban, y las leyes por las cuales el pueblo debería ser gobernado.
De este modo se establecieron la religión judía y el Código Mosaico.
Ahora se afirma que esta religión y estas leyes fueron y son reveladas y establecidas para toda la humanidad.
En aquel tiempo, esos errabundos no comerciaban con otras naciones, no tenían lenguaje escrito, no sabían ni leer ni escribir. No tenían medios de dar a conocer esta revelación a otras naciones, y por ello permaneció enterrada en la jerga de unas pocas tribus desconocidas, ignorantes y paupérrimas, durante más de dos mil años.
Muchos siglos después de que Moisés, el cabecilla, había muerto; muchos siglos después de que todos sus seguidores habían fallecido, se escribió el Pentateuco, obra de muchos escritores, y para darle fuerza y autoridad, se formuló la pretensión de que Moisés había sido el autor.
Ahora sabemos que el Pentateuco no fue escrito por Moisés.
Se mencionan poblaciones que no existían cuando Moisés vivía.
Se menciona dinero, no acuñado hasta siglos después de su muerte.
Y así, muchas de las leyes no eran aplicables a vagabundos del desierto -- leyes sobre agricultura, sobre el sacrificio de bueyes, carneros y palomas, acerca de la tejeduría de telas, acerca de ornamentos de oro y plata, acerca del cultivo de la tierra, acerca de cosechas, del trillado de cereales, acerca de casas y templos, acerca de ciudades de refugio, y de muchas otras cosas de imposible aplicación a unos pocos hambrientos que vagaban sobre arenas y rocas.
No solamente admiten ahora los teólogos inteligentes y honrados que Moisés no fue el autor del Pentateuco, sino también que nadie sabe quiénes fueron los autores, o quién escribió uno sola de estos libros, o un capítulo, o un renglón. Sabemos que no se escribieron en una misma generación; que no fueron escritos por una sola persona; que están llenos de errores y contradicciones. Se admite también que Josué no escribió el libro que lleva su nombre, porque refiere sucesos que no acontecieron hasta mucho tiempo después de su muerte.
Nadie sabe, ni pretende saber, quién fue el autor de Jueces. Todo lo que sabemos es que se escribió siglos después de que los jueces habían dejado de existir. Nadie conoce el autor de Ruth, ni del Primero y Segundo de Samuel; todo lo que sabemos que Samuel no escribió los libros que llevan su nombre. En el capítulo 25 del Primer libro de Samuel se relata cómo él fue criado por la Bruja de Endor.
Nadie conoce el autor de los libros Primero y Segundo de Reyes, y el Segundo de Crónicas; todo lo que sabemos es que son libros carentes de todo valor.
Sabemos que los Salmos no fueron escritos por David. En los Salmos se habla del Cautiverio, y eso no tuvo lugar sino hasta unos quinientos años después de que David "durmió con sus padres."
Sabemos que Salomón no escribió los proverbios ni el Cantar de los Cantares; que Isaías no escribió el libro que lleva su nombre; que nadie sabe el autor de Job, Eclesiastés, o Ester, o de ningún otro libro del Antiguo Testamento, con excepción del de Ezra (Esdras).
Sabemos que Dios no se menciona en ninguna forma en el libro de Ester. Sabemos también que el libro es cruel, absurdo e imposible.
Dios no se menciona en el Cantar de Salomón, el mejor libro del Antiguo Testamento.
Y sabemos que Eclesiastés fue escrito por un incrédulo.
Sabemos también que los judíos mismos no habían decidido hasta el siglo segundo después de Cristo cuáles libros eran inspirados o auténticos.
Sabemos que la idea de una inspiración fue creciendo lentamente, y que la inspiración fue determinada por individuos que tenían ciertos objetivos que alcanzar.
II - ¿Está inspirado el Antiguo Testamento?
Si lo está, debiera ser un libro que ningún ser humano -- ningún número de humanos -- podría producir.
Debería contener la perfección de la filosofía.
Debería estar en perfecto acuerdo con todos los hechos de la naturaleza.
No debería contener errores de astronomía, geología, o de cualquier otro sujeto o ciencia.
Su moral debería ser la más elevada, la más pura.
Sus leyes y reglamentos para la regulación de la conducta deberían ser justos, sabios, perfectos, y totalmente idóneos para lograr los fines deseados.
No debería contener nada calculado para hacer al hombre cruel, rencoroso, vengativo o infame.
Debería estar lleno de inteligencia, justicia, pureza, honestidad, misericordia y espíritu de libertad.
Debería manifestarse contra las luchas y guerras, la esclavitud y la concupiscencia, la ignorancia, la credulidad y la superstición.
Debería desarrollar el cerebro y civilizar el corazón.
Debería satisfacer el corazón y el cerebro de los mejores y más sabios.
Debería ser cierto.
¿Se ajusta el Antiguo Testamento a esos patrones?
¿Hay algo en el Antiguo Testamento -- en historia, en teoría, en leyes, en gobierno, en moral, en ciencia -- superior a las ideas, creencias, costumbres y prejuicios de los autores y de la gente entre las cuales vivían?
¿Hay algún rayo de luz de alguna fuente sobrenatural?
Los antiguos hebreos creían que la Tierra era el centro del universo, y que el sol, la luna y las estrellas, eran puntos en el cielo.
La biblia está de acuerdo con eso.
Creían que la Tierra era plana, con cuatro esquinas; que el cielo, el firmamento, era sólido -- el piso de la casa de Jehová.
La biblia enseña eso mismo.
Creían que el sol se movía alrededor de la Tierra, y que deteniendo al sol el día se prolongaría.
La biblia está de acuerdo con eso.
Creían que Adán y Eva habían sido las primeras personas; que habían sido creados no hace muchos años, y que ellos, los hebreos, son sus descendientes directos.
La biblia enseña eso.
Si de algo podemos estar seguros es de que los escritores de la biblia estaban equivocados en cuanto a la creación, la astronomía, la geología, acerca de las causas de los fenómenos, el origen del mal y la causa de la muerte.
Ahora bien, hay que admitir que si un ser perfecto fue el autor de la biblia, él sabía todas las ciencias, todos los hechos, y no pudo haber cometido un error.
Si, por consiguiente, hay errores, malas interpretaciones, falsas teorías, mitos ignorantes y disparates en la biblia, tuvo que haber sido hecha por seres imperfectos, es decir, por hombre ignorantes y equivocados.
Nada puede ser más claro que esto.
Durante siglos la Iglesia insistió en que la biblia era absolutamente cierta; que no contenía equivocaciones; que la historia de la creación era cierta; que su astronomía y su geología estaban de acuerdo con los hechos; que los hombres de ciencia que diferían del Antiguo Testamento eran infieles y ateos.
Ahora eso ha cambiado. Los cristianos educados admiten que los escritores de la biblia no estaban inspirados en cuanto a ninguna de las ciencias. Saben que Dios, o Jehová, no inspiró a los escritores de su libro con el fin de que educaran al mundo sobre astronomía, geología, o ciencia alguna. Admiten ahora que los inspirados señores que escribieron el Antiguo Testamento no sabían nada de ciencia alguna, y que escribieron sobre la Tierra, las estrellas, el sol y la luna, de acuerdo con la ignorancia general de su época.
Se necesitaron muchos siglos para obligar a los teólogos a admitir eso. A regañadientes, llenos de malas intenciones y odio, los clérigos se retiraron del campo, dejando la victoria a la ciencia.
Adoptaron otra posición. Declararon que los autores, o más bien los escritores, de la biblia, estaban inspirados en cosas espirituales y morales; que Jehová quería dar a conocer a sus hijos su voluntad y su amor infinito por ellos; que Jehová, viendo a la gente malvada, ignorante y depravada, quiso hacerlos piadosos y justos, sabios y espirituales, y que la biblia está inspirada en cuanto a sus leyes, la religión que enseña, y sus ideas de gobierno.
Este es el asunto ahora. ¿Está la biblia en cualquier grado más correcta en sus ideas sobre la justicia, la compasión, la moral, o la religión, que en su concepto de las ciencias?
¿Es moral?
Condona la esclavitud -- permite la poligamia.
¿Hubiese podido hacer peor un demonio?
¿Es compasiva?
En la guerra alzó la bandera negra; ordenó la destrucción, la masacre, de todos, viejos, enfermos, desvalidos, esposas y bebés.
¿Eran sus leyes inspiradas?
Cientos de faltas se condenan con la muerte. Recoger ramas el domingo, asesinar al padre el lunes, eran crímenes de igual magnitud. No hay en la literatura mundial un código más sangriento. La ley de la venganza, de la represalia, fue la ley de Jehová. Ojo por ojo, diente por diente, miembro por miembro.
Esto es salvajismo, no filosofía.
¿Es justa y razonable?
La biblia está opuesta a la tolerancia religiosa -- a la libertad religiosa. Todo el que difería de la mayoría era muerto a pedradas.
La investigación era un crimen. Se ordenaba a los esposos denunciar a la esposa incrédula y ayudar a darle muerte.
Es la enemiga del Arte. "No harás imágenes." Eso fue la muerte del Arte.
Palestina nunca ha producido un pintor ni un escultor.
¿Es civilizada la biblia?
Defiende el embuste, el hurto, el robo, el asesinato, la venta de carne estropeada a los extranjeros, y hasta el sacrificio de seres humanos a Jehová.
¿Es filosófica?
Enseña que los pecados de las personas pueden trasladarse a un animal, a una cabra. Hace de la maternidad una falta por la cual hay que hacer una ofrenda de pecado.
Era una falta dar a luz un varón, y doble falta dar a luz una hembra.
Hacer aceite para el cabello similar al que usaban los clérigos era un delito castigable con la muerte.
La sangre de un ave sacrificada sobre agua corriente era considerada una medicina.
¿Sería capaz un dios civilizado de embarrar sus altares con sangre de bueyes, corderos y palomas? ¿Haría él carniceros de todos sus sacerdotes? ¿Se deleitaría con el olor de la carne quemándose?
III - Los Diez Mandamientos
Algunos abogados cristianos -- algunos eminentes y estúpidos jueces -- han dicho y siguen diciendo que los Diez Mandamientos son la base de toda ley.
Nada podría ser más absurdo. Mucho antes de que se dictasen esos mandamientos, había códigos legales en India y en Egipto, leyes contra el asesinato, el perjurio, el hurto, el adulterio y el fraude. Tales leyes son tan antiguas como la sociedad humana; tan viejas como el amor a la vida; como la industria, como la idea de la prosperidad, como el amor humano.
De los Diez Mandamientos, todos los que son buenos son viejos; todos los que son nuevos son estúpidos. Si Jehová hubiese estado civilizado, hubiera dejado afuera el mandamiento de observar el Sábado, y en su lugar hubiera dicho: "No esclavices a tu prójimo." Hubiera omitido el que se refiere a juramentos, y dicho: "El hombre tendrá una sola esposa, y la mujer un solo esposo." Hubiera omitido el que se refiere a imágenes talladas, y dicho en su lugar: "No librarás guerras de exterminio, y no desenvainarás la espada excepto en defensa propia."
Si Jehová hubiese sido civilizado, ¡cuán superiores hubiesen sido los Diez Mandamientos!
Todo lo que llamamos progreso, la emancipación del hombre, el trabajo, la substitución de la pena de muerte por el encarcelamiento, de la prisión por simple multa, la destrucción de la poligamia, la libertad de expresión, los derechos de conciencia, en pocas palabras, todo lo que ha tendido al desarrollo y a la civilización del ser humano; todos los resultados de la investigación, la observación, la experiencia y el libre pensamiento; todo lo que el hombre ha logrado para beneficio del hombre desde el final de la Edad del Oscurantismo, ha sido logrado a pesar del Antiguo Testamento.
Permítanme poner de relieve la moral, la compasión, la filosofía y la bondad del Antiguo Testamento:
LA HISTORIA DE ACHÁN
Josué tomó la ciudad de Jericó. Antes de la caída de la ciudad, declaró que todo el botín tomado sería para el Señor.
A pesar de esa orden, Achán escondió alguna plata y oro.
Después Josué trató de tomar la ciudad de Ai. Fracasó, y muchos de sus soldados murieron. Josué investigó la causa de su derrota y descubrió que Achán había escondido una pieza de vestir, doscientas monedas de plata y una cuña de oro. Achán confesó.
A continuación, Josué tomó a Achán, a sus hijos e hijas, sus bueyes y ovejas, y los mató a pedradas a todos y quemó los cuerpos.
No hay nada que indique que los hijos e hijas habían cometido crimen alguno. Ciertamente, los bueyes y ovejas no debían haber sido muertos a pedradas por el crimen de su dueño. ¡He ahí la justicia, la misericordia, de Jehová!
Después de que Josué cometió tal crimen, con la ayuda de Jehová capturó la ciudad de Ai.
LA HISTORIA DE ELISHA
"Y de allí fue para Betel, y cuando iba por el camino, salieron unos niños de la ciudad y se burlaban de él, y le decían, 'Sigue por ahí, calvo'.
"Y el se volvió y los miró, y los maldijo en nombre del Señor. Y salieron del bosque dos osas y despedazaron a cuarenta y dos de los niños.
¡Eso fue obra del buen Dios, el misericordioso Jehová!
LA HISTORIA DE DANIEL
El Rey Darío había honrado y exaltado a Daniel, y los príncipes nativos estaban celosos. Así, pues, indujeron al rey a que firmara un decreto a efectos de que cualquier hombre que pidiese algo a hombre o a dios, a excepción del Rey Darío, durante treinta días, debería ser echado en la guarida de los leones.
Después, estos hombres supieron que Daniel rezaba a Jehová tres veces todos los días con el rostro hacia Jerusalén.
Después de lo cual Daniel fue echado en la guarida de los leones; se colocó una piedra en la entrada, sellada con el sello real.
El Rey pasó una noche mala. A la mañana siguiente fue a la guarida y llamó a Daniel a gritos. Daniel contestó, diciendo al Rey que Dios había enviado su ángel y cerrado la boca a los leones.
Daniel fue sacado vivo y bien, y el Rey se convirtió, creyendo en el dios de Daniel.
Darío, siendo entonces creyente del dios verdadero, mandó a llamar a los hombres que habían acusado a Daniel, con sus esposas e hijos, y los echó a todos en la guarida de los leones.
"Y los leones les rompieron todos los huesos en pedacitos."
¿Qué habían hecho las esposas y los pequeños niños? ¿En qué forma habían ofendido al Rey Darío, el creyente en Jehová? ¿Quien protegió a Daniel? ¡Jehová! ¿Quién dejó de proteger a las inocentes esposas y sus hijos? ¡Jehová!
LA HISTORIA DE JOSÉ
El Faraón tuvo un sueño, y este sueño fue interpretado por José.
Según la interpretación, iba a haber en Egipto siete años de abundancia, seguidos de siete años de hambre. José aconsejó al Faraón que comprara todo lo sobrante de los siete años de abundancia y la almacenara para los años de hambre.
El Faraón nombró a José ministro o agente suyo, y le ordenó que comprara los granos de los años de abundancia.
Vino entonces el hambre. La gente acudía al Rey pidiendo ayuda. Él les contestaba que acudieran a José e hicieran lo que él dijese.
José vendió trigo a los egipcios hasta que emplearon todo el dinero que tenían - hasta que él se quedó con todo el dinero.
Cuando se les acabó el dinero, la gente decía: "Danos trigo y te daremos nuestro ganado."
José les dejó adquirir trigo hasta que todo el ganado vacuno, todos los caballos y todas las manadas fueron dadas a él.
Entonces la gente dijo: "Danos trigo y te daremos nuestras tierras."
Así, José les cedió trigo hasta que hubieron de ceder todas sus tierras.
Pero el hambre continuaba, y así, pues, los desventurados se vendieron a sí mismos, y todos se tornaron siervos del Faraón.
Entonces José les dio simiente, e hizo un acuerdo con ellos de que deberían para siempre ceder al Faraón un quinto de todo lo que cosecharan.
¿Quién hizo posible a José interpretar el sueño del Faraón? ¡Jehová! ¿Sabía Él en ese momento que José iba a usar la información adquirida para robar y esclavizar al pueblo de Egipto? Sí. ¿Quién produjo el hambre? ¡Jehová!
Es perfectamente claro que los judíos no consideraban a Jehová dios de Egipto - dios de todo el mundo. Era su propio dios, y de ellos solamente. Otras naciones tenían dioses, pero Jehová era superior a todos los demás. Odiaba a todas las demás naciones y a todos los otros dioses, y detestaba todas las religiones a excepción de la adoración de sí mismo.
IV - ¿Qué valor tiene?
¿Podría algún erudito decirnos qué valor tiene el Génesis?
Sabemos que no es cierto -- que se contradice a sí mismo. Hay dos relatos de la creación en los capítulos primero y segundo. En el primer relato, las aves y los animales fueron creados antes que el hombre.
En el segundo, el hombre fue creado antes que las aves y animales.
En el primero, las aves son hechas del agua.
En el segundo, las aves fueron hechas de la tierra.
En el primero, Adán y Eva son creados juntos.
En el segundo, Adán fue hecho; entonces los animales y aves, y entonces Eva fue creada de una de las costillas de Adán.
Estas historias son mucho más antiguas que el Pentateuco.
Persa: Dio creó el mundo en seis días, un hombre llamado Adama y una mujer llamada Evah, y entonces descansó.
Las historias etruscas, babilonias, fenicias, caldeas y egipcias son igualísimas.
Los persas, griegos, egipcios, chinos e hindúes tienen su Jardín del Edén y su Árbol de la Vida.
Así también los persas, los babilonios, los nubios, la gente del sur de la India, todos tenían la historia de la caída del hombre y la astuta serpiente.
Los chinos dicen que el pecado vino al mundo por la desobediencia de la mujer. Y hasta los tahitianos nos cuentan que el hombre fue creado de la tierra, y la primera mujer, de uno de sus huesos.
Todas estas historias son igualmente auténticas y de igual valor para el mundo, y todos sus autores estuvieron igualmente inspirados.
Sabemos también que la historia del diluvio es mucho más antigua que el libro Génesis, y sabemos también que no es cierta.
Sabemos que esta historia del Génesis fue copiada de los caldeos. Allí se encuentra todo lo de la lluvia, el arca, los animales, la paloma que soltaron tres veces, y la montaña donde el arca descansó.
De modo que los hindúes, chinos, parsis, persas, griegos, mexicanos y escandinavos tienen substancialmente la misma historia.
También sabemos que el relato de la Torre de Babel es una ignorante fábula infantil.
¿Entonces que queda del inspirado libro Génesis? ¿Hay en él una palabra calculada para desarrollar el corazón o el cerebro? ¿Hay en él algún pensamiento elevado, un gran principio, algo poético, alguna palabra que reviente como el capullo de una flor?
¿Hay algo en él excepto monótonos y detallados relatos de cosas que nunca sucedieron?
¿Hay algo en el Éxodo calculado para hacer al hombre generoso, cariñoso, noble?
¿Está bien enseñar a los niños que Dios torturó al inocente ganado de los egipcios --los mató magullándolos con piedras de granizo-- por causa de los pecados del Faraón?
¿Nos hace compasivos creer que Dios mató a los primogénitos de los egipcios -- los primogénitos del pueblo pobre y sufrido -- de la lastimosa joven que trabajaba en el molino -- por causa de la maldad del rey?
¿Podemos creer que los dioses de Egipto realizaban milagros? ¿Que cambiaron el agua en sangre, y palitos en serpientes?
En el Éxodo no hay un solo pensamiento original ni una sola línea de algún valor.
Sabemos, si es que algo sabemos, que este libro fue escrito por salvajes -- salvajes que creían en la esclavitud, la poligamia, las guerras de exterminio. Sabemos que la historia que se cuenta es imposible, y que los milagros nunca tuvieron lugar. Este libro admite que hay otros dioses además de Jehová. En el capítulo 17 aparece este versículo: "Ahora sé que el Señor es mayor que todos los dioses." (Nota del traductor: No fue posible localizar tal expresión en el capítulo 17 de la Sagrada Biblia para la Familia Católica, pero sí el versículo Éxodo 18; 11, que sigue: "Ahora conozco bien que el Señor es grande sobre todos los dioses, como se ha visto.")
Así, en este libro bendito se predica el deber del sacrificio humano -- el sacrificio de bebés.
En el capítulo 22 se encuentra esta orden: "No serás perezoso en darme las primicias de tus frutas maduras y tus licores; el primogénito de tus hijos, el primero de tus bueyes y ovejas, siete días estarán con la madre, y el día octavo me los ofrecerás."
¿Ha servido el Éxodo de ayuda o de obstáculo a la especie humana?
Quite del Éxodo las leyes que pertenecen a todas las naciones, y ¿quedará algo de valor?
¿Hay algo de importancia en el Levítico? ¿Hay algún capítulo que merezca la pena de leerse? ¿Qué interés tenemos en las ropas de los sacerdotes, en las cortinas y cirios del tabernáculo, en las tenazas y palas del altar, o en el aceite para el cabello a usar por los levitas?
¿De qué utilidad el cruel código, los espeluznantes castigos, las maldiciones, las falsedades y los milagros de este libro ignorante e infame?
¿Y qué hay en el libro de Números, con sus sacrificios y el agua de los celos, con su pan de proposición y sus cucharas, sus cabritos y harina fina, su aceite y candelabros, sus pepinos, cebolla y maná, que ayude e instruya a la humanidad? ¿Qué interés tenemos en la rebelión de Korah, el agua de la separación, las cenizas de una novilla (ternera) roja, la descarada serpiente, el agua que seguía a la gente colina arriba y abajo durante cuarenta años, y el asno inspirado del profeta Balaam? ¿Han estos absurdos y crueldades, estas supersticiones infantiles y salvajes, ayudado a civilizar al mundo?
¿Hay algo en Josué -- con sus guerras, sus asesinatos y masacres, sus espadas chorreando la sangre de las madres y bebés, sus torturas y mutilaciones, sus fraudes y furia, su odio y su venganza -- calculado para mejorar el mundo?
¿No hiere cada capítulo el corazón de todo buen hombre? ¿Es un libro para leer a los niños?
El libro de Josué es tan inmisericorde como el hambre, tan feroz como el corazón de un animal salvaje. Es la historia, la justificación, la santificación, de casi todo crimen.
El libro de Jueces es más o menos igual, nada más que derramamiento de sangre, la horrible historia de Jael y de Sísera, de Gideón y sus trompetas y jarras, de Jeftá y su hija, a quien asesinó para complacer a Jehová.
Aquí encontramos la historia de Sansón, en que un dios-sol ha sido cambiado en gigante hebreo.
Lean este libro de Josué -- lean sobre el asesinato de mujeres, esposas, madres con sus bebés -- lean sus imposibles milagros, sus crímenes desalmados, todo hecho de acuerdo con las órdenes de Jehová, y díganme si este libro está calculado para hacernos clementes, generosos y cariñosos.
Reconozco que la historia de Ruth es en algunos aspectos una historia hermosa y conmovedora; que se relata con naturalidad, y que su amor por Naomí era profundo y puro. Pero en materia de noviazgo difícilmente aconsejaríamos a nuestras hijas seguir el ejemplo de Ruth. No obstante, debemos recordar que Ruth era una viuda.
¿Hay nada digno de leerse en los libros Primero y Segundo de Samuel? ¿Debe un profeta de Dios cortar en pedazos a un rey capturado? ¿Es la historia del arca, su captura y devolución, de importancia para nosotros? ¿Es correcto, justo y compasivo matar cincuenta mil hombres porque habían mirado al interior de una caja? ¿De qué provecho nos sirven las guerras de Saúl y de David, las historias de Goliat y la Bruja de Endor? ¿Por qué tuvo que matar Jehová a Uzzah por extender la mano para impedir que cayera el arca, mientras que perdonaba a David por asesinar a Uría y robarle la esposa?
De acuerdo con "Samuel," David hizo un censo del pueblo. Esto causó la ira de Jehová, y como castigo permitió a David escoger entre siete años de hambre, tres meses de fuga delante de sus enemigos, o tres días de pestilencia. David, teniendo confianza en Dios, escogió los tres días de pestilencia, y en consecuencia Dios, el misericordioso, por el pecado de David, mató a setenta mil personas inocentes.
¿En esas mismas circunstancias qué hubiese hecho un diablo?
¿Hay alguna cosa en Primero y Segundo de Reyes que sugiera la idea de inspiración?
Cuando David estaba muriendo, le dice a su hijo Salomón que asesine a Joab, que no permita que su canosa cabeza baje al sepulcro en paz. Con su último aliento ordena a su hijo arrancar la cabeza canosa de Shimel. Habiendo pronunciado esas palabras compasivas, el buen David, el hombre hecho al corazón de Dios, durmió con sus padres.
¿Era necesario inspirar al hombre que escribió la historia de la construcción del templo, o la historia de la visita de la Reina de Sheba, o decir el número de esposas de Salomón?
¿Qué nos interesa la atrofia de la mano de Jeroboam, la profecía de Jehú, o la historia de Elías y los cuervos?
¿Podemos creer que Elías trajo llamas del cielo, o que por fin fue al Paraíso en una carroza de fuego?
¿Podemos creer la multiplicación por Elisha del aceite de la viuda, que un ejército quedó ciego, o que un hacha flotó en el agua?
¿Nos civiliza leer sobre la decapitación de los setenta hijos de Ajab, el arrancar los ojos de Zedekías, y el asesinato de sus hijos? ¿Hay una sola palabra en Primero y Segundo de Reyes calculada para hacer al hombre mejor?
Primero y Segundo de Crónicas no es más que una repetición de lo que se dice en Primero y Segundo de Reyes. Las mismas viejas historias, un poco omitido, un poco añadido, pero ni mejoradas ni empeoradas en ningún respecto.
El libro de Ezra carece de importancia. Nos dice que Cirus, Rey de Persia, lanzó una proclamación para construir un templo en Jerusalén, y que declaró que Jehová era el verdadero y único dios.
Nada podía ser más absurdo. Ezra nos cuenta su regreso del cautiverio, la construcción del Templo, su dedicación, unos cuantos rezos, y eso es todo. Este libro carece de importancia y de utilidad.
Nehemías es más o menos lo mismo, solamente cuenta la construcción de un muro, las quejas del pueblo por los impuestos, una lista de los que regresaron de Babilonia, un catálogo de los que moran en Jerusalén, y la dedicación de los muros. Ni una palabra en Nehemías vale la pena de leerse.
Viene entonces el libro de Ester. En él nos cuentan que el Rey Ahasueras estaba ebrio, que mandó a traer a su reina, Vashti, para que mostrara sus encantos a él y a sus invitados. Vashti se negó. Esto enfureció al rey, y ordenó que de cada provincia se trajesen ante él las más bellas doncellas, para escoger una y substituir a Vashti.
Entre otras, le trajeron a Ester, una judía. Fue la escogida y se hizo la esposa del rey. Entonces un caballero nombrado Hamán quería que se diese muerte a todos los judíos, y el rey, no sabiendo que Ester era de esa raza, firmó un decreto de que se matasen todos los judíos.
Gracias a los esfuerzos de Mordecai y de Ester, el decreto fue anulado y los judíos se salvaron.
Hamán preparó un cadalso para ahorcar a Mordecai, pero la buena Ester se las arregló para que Hamán y sus diez hijos fuesen ahorcados en el cadalso que Hamán había construido, y a los judíos les permitieron dar muerte a más de 75,000 de los súbditos del rey.
Ésa es la inspirada historia de Ester.
En el libro de Job encontramos algunos sentimientos elevados, algunos pensamientos sublimes y estúpidos, algo de lo maravilloso y sublime de la naturaleza, las alegrías y pesares de la vida, pero la historia es infame.
Algunos de los Salmos son buenos, muchos son indiferentes, unos cuantos son infames. En ellos se mezclan los vicios y las virtudes. Tiene versos que enaltecen, versos que degradan. Hay oraciones por perdón y por venganza. En la literatura del mundo no hay nada más cruel ni más infame que el salmo 109.
En los Proverbios hay mucha sutilezas, muchas expresiones substanciosas y prudentes, muchas sabias declaraciones. Las mismas ideas se expresan de muchas maneras -- la sabiduría de la economía y el silencio, los peligros de la vanidad y el ocio. Algunas son triviales, otras tontas, y muchas sabias. Estos proverbios no son generosos, no son altruísticos. Dichos de igual significado se encuentran en todas las naciones.
Eclesiastés es el libro más inteligente de la biblia. Fue escrito por un incrédulo -- un filósofo -- un agnóstico. Quítenle las interpolaciones, y está de acuerdo con el pensamiento del siglo diecinueve. En este libro aparecen los pasajes más filosóficos y poéticos de la biblia.
Después de cruzar todo un desierto de muerte y crimen, después de haber leído el Pentateuco, Josué, Jueces, Samuel, Reyes y Crónicas, es una delicia llegar a esta plantación de palmas llamada El Cantar de los Cantares, de Salomón. Drama de amor, de amor humano; poema sin Jehová, poema nacido del corazón, y fiel a los divinos instintos del alma.
"Duermo yo, pero no mi corazón."
Isaías es obra de varios. Sus palabras infladas, sus vagas imágenes, sus profecías y maldiciones, sus desvaríos contra reyes y naciones, su burla de la sabiduría del hombre, su odio a la alegría. no contienen la más ligera tendencia a aumentar el bienestar humano.
En este libro se consigna el más absurdo de todos los milagros. La sombra del reloj de sol retrocede diez grados para convencer a Ezequías de que Jehová le va a conceder quince años más de vida.
¡En este milagro, el mundo, girando de oeste a este a una velocidad de más de mil millas (unos 1.500 kilómetros) por hora, no solamente se detiene, sino que gira en dirección contraria hasta que la sombra del reloj retrocede diez grados! ¿Hay en el mundo entero un hombre o una mujer inteligente que crea esta imposible falsedad?
Jeremías nada contiene de importancia - no hechos de valor, nada más que un afán de criticar, lamentaciones, refunfuños, gemidos, maldiciones y promesas; nada más que hambre y oración, la prosperidad del malvado, la ruina de los judíos, el cautiverio y el regreso, y por último, Jeremías, el traidor, en el cepo y el calabozo.
Lamentaciones es simplemente la continuación de los arrebatos del mismo demente pesimista; nada sino polvo, ropa de saco y cenizas, lágrimas y gemidos, denuncias y denuestos.
Y Ezekiel -- comiendo manuscritos, profetizando sitio y desolación, con visiones de carbones de fuego, de querubines, de ruedas con ojos, y la forma y figura de la caldera hirviente, y la resurrección de los huesos desecados -- no tiene utilidad alguna ni valor posible.
Con Voltaire, digo que cualquiera que admire a Ezekiel debería verse obligado a cenar con él.
Daniel es un sueño desordenado, una pesadilla.
¿Qué puede sacarse de este libro con su imagen de una cabeza de oro, con pecho y brazos de plata, con vientre y muslos de cobre, con piernas de hierro y pies de hierro y barro; con su escritura en la pared, su guarida de leones, y su visión del carnero y la cabra?
¿Hay algo que aprender de Oseas y su esposa? ¿Hay algo útil en Joel, Amos, Obadía? ¿Podemos sacar algo bueno de Jonás y su calabacera? ¿Es posible que Dios sea el verdadero autor de Micas y Nahum, de Habakkuk y Zefanía, de Haggai y Malachi y Zecarías, con sus caballos rojos, sus cuatro cuernos, sus cuatro carpinteros, su rollo volador, sus montañas de cobre y su piedra con cuatro ojos? (Nota del traductor: Los nombres propios que se consignan se escriben en forma distinta en cada una de ocho biblias que tengo abiertas sobre mi mesa de trabajo)
¿Hay algo en estos "inspirados" libros que haya sido de beneficio a la humanidad?
¿Nos han enseñado a cultivar la tierra, a construir casas, a tejer telas, a preparar alimentos?
¿Nos han enseñado a pintar cuadros, cincelar estatuas, construir puentes, o vapores, o algo de belleza o utilidad? ¿Hemos sacado del Antiguo Testamento nuestras ideas de gobierno, libertad religiosa, libertad de pensamiento? ¿Hemos sacado de alguno de estos libros pizca de ciencia alguna? ¿Hay en el "sagrado volumen" una palabra, una línea que haya aumentado la riqueza, la sabiduría, la felicidad de la humanidad? ¿Es alguno de los libros del Antiguo Testamento tan entretenido como "Robinson Crusoe," "Los Viajes de Gulliver," o "Peter Wilkins y su Esposa Voladora"? ¿Sabía el autor del Génesis tanto sobre la naturaleza como Humbolt, o Darwin, o Haeckel? ¿Es el llamado Código Mosaico tan sabio, o tan compasivo como el código de cualquier nación civilizada? ¿Fueron los escritores de Reyes y Crónicas tan grandes historiadores, tan grandes escritores, como Gibbon y Draper? ¿Es Jeremías el igual de Dickens o Thackeray? ¿Pueden los autores de Job y de los Salmos compararse con Shakespeare? ¿Por qué debemos atribuir lo mejor al hombre y lo peor a Dios?