La Sabana Santa, ¿una reliquia?
Publicado: Jue Abr 09, 2009 7:31 pm
Recientemente, en el canal de difusión cultural, más que científica, Discovery Channel, ha pasado un programa sobre la Sabana Santa, o como sería más correcto nombrar el Sudario de Turín. En el exponen la prueba definitiva de que la datación por carbono 14 que se efectuó al sudario en 1988 y que la declaraba como una artesanía medieval, es errónea. Esta datación que daba por terminada la controversia, por lo menos del lado de los escépticos sobre su autenticidad, ahora es señalada por el químico Ronald Rogers que estuvo dentro del equipo científico que estudio el lienzo, como no valida. El químico determinó que la muestra tomada para la datación es la unión de tela de algodón añadida del siglo XVI y lino del original, por lo tanto invalida. Lo cual ubica la discusión en el punto de partida.
Lo que me desubico un tanto del documental donde me entere de este nuevo capítulo de la novela del lienzo de Turín es la parcialidad sobre las supuestas evidencias de la, si no autenticidad, si de lo extraordinario o de plano mágico del sudario. Lo cual francamente me pareció, en principio un retroceso en el estudio del llamada evangelio gráfico, pero después, reflexionando, me pareció bastante idiota este affaire. ¿A quién le interesa que está mortaja sea real? A los creyentes pues no deberían de cuestionárselo, para los que no creemos ni siquiera en el Jesús histórico, mucho menos en una sabana que no pudo contenerlo, pues nos es también irrelevante si es o no real, o debería ser así.
Así que, si bien es algo que le puede interesar a alguien, en realidad no será algo que les importe o no será un dato que admitan o les sea de utilidad. Así que, pues por mí que lo disfruten, si creen que es el sudario que envolvió a Cristo, pues que lo crean.
Sin embargo, no deja de ser bastante bizarro que un objeto que, desde el punto de vista de los creyentes en el pensamiento mágico, provoca tan mala suerte sea considerado un objeto sagrado. Si repasamos la supuesta historia del Santo Sudario, bien se puede concluir que es un objeto maldito. En las partes donde ha estado han caído calamidades como saqueos, asedios e incendios, el ultimo de los cuales fue recientemente un incendio en 1997, lo curioso es que el rescate de lienzo fue catalogado como milagroso, porque el bombero rompió vidrio blindado que protegía la sabana con una simple hacha, de lo cual testifico que “que lo pudo hacer porque recibió una fuerza especial de lo alto”. Eso es lo que nunca se entiende de los hacedores de milagros; su falta de sentido práctico para la prevención de desastres: en lugar de darle fuerzas al bombero hubiese dado sentido del olfato al sacristán para que detectara que la Catedral de Turín se estaba quemando. Y se evitara este siniestro que fue considerado, por todo lo que se perdió, como “una tragedia apocalíptica para Turín, para Italia y para todo el mundo”.
Y así podría pasármela señalando los desastres en los que el santo sudario estaba involucrado: la destrucción de Jerusalén por el emperador romano Tito, donde debió estar en el siglo I, en el siglo posterior la colocan en Edesa la cual cae en manos de los musulmanes, el saqueo de Constantinopla acto en el que fue “robada” para llevarla a Europa, la devastación de los Templarios quienes fueron los que la guardaron secretamente, en el siglo XV sufrió un incendió donde “milagrosamente” no se perdió, pero quedo dañada. Por motivos bélicos efectúa un recorrido por cuatro ciudades , regresando a la ciudad de Chambery en Francia y después es cedida a Turín donde nuevamente tiene que “huir” a Génova porque Turín es sitiada, hasta a sus dueños les trajo pésima suerte, Los Saboya, una dinastía que perdió la monarquía de Italia.
Decididamente, para ser un objeto divino o sagrado tan importante está más relacionado con desastres que con hechos milagrosos, y lo digo obviando cualquier sentido de burla, la supuesta historia del santo sudario fue reconstruida por los sinodologos y ellos señalan todas estas catástrofes en donde la sabana santa, si bien se puede decir que provoco estas catástrofes, pues si se puede establecer una concomitancia en su estado de aparecer conjuntamente con el siniestro.
Lo que me desubico un tanto del documental donde me entere de este nuevo capítulo de la novela del lienzo de Turín es la parcialidad sobre las supuestas evidencias de la, si no autenticidad, si de lo extraordinario o de plano mágico del sudario. Lo cual francamente me pareció, en principio un retroceso en el estudio del llamada evangelio gráfico, pero después, reflexionando, me pareció bastante idiota este affaire. ¿A quién le interesa que está mortaja sea real? A los creyentes pues no deberían de cuestionárselo, para los que no creemos ni siquiera en el Jesús histórico, mucho menos en una sabana que no pudo contenerlo, pues nos es también irrelevante si es o no real, o debería ser así.
Así que, si bien es algo que le puede interesar a alguien, en realidad no será algo que les importe o no será un dato que admitan o les sea de utilidad. Así que, pues por mí que lo disfruten, si creen que es el sudario que envolvió a Cristo, pues que lo crean.
Sin embargo, no deja de ser bastante bizarro que un objeto que, desde el punto de vista de los creyentes en el pensamiento mágico, provoca tan mala suerte sea considerado un objeto sagrado. Si repasamos la supuesta historia del Santo Sudario, bien se puede concluir que es un objeto maldito. En las partes donde ha estado han caído calamidades como saqueos, asedios e incendios, el ultimo de los cuales fue recientemente un incendio en 1997, lo curioso es que el rescate de lienzo fue catalogado como milagroso, porque el bombero rompió vidrio blindado que protegía la sabana con una simple hacha, de lo cual testifico que “que lo pudo hacer porque recibió una fuerza especial de lo alto”. Eso es lo que nunca se entiende de los hacedores de milagros; su falta de sentido práctico para la prevención de desastres: en lugar de darle fuerzas al bombero hubiese dado sentido del olfato al sacristán para que detectara que la Catedral de Turín se estaba quemando. Y se evitara este siniestro que fue considerado, por todo lo que se perdió, como “una tragedia apocalíptica para Turín, para Italia y para todo el mundo”.
Y así podría pasármela señalando los desastres en los que el santo sudario estaba involucrado: la destrucción de Jerusalén por el emperador romano Tito, donde debió estar en el siglo I, en el siglo posterior la colocan en Edesa la cual cae en manos de los musulmanes, el saqueo de Constantinopla acto en el que fue “robada” para llevarla a Europa, la devastación de los Templarios quienes fueron los que la guardaron secretamente, en el siglo XV sufrió un incendió donde “milagrosamente” no se perdió, pero quedo dañada. Por motivos bélicos efectúa un recorrido por cuatro ciudades , regresando a la ciudad de Chambery en Francia y después es cedida a Turín donde nuevamente tiene que “huir” a Génova porque Turín es sitiada, hasta a sus dueños les trajo pésima suerte, Los Saboya, una dinastía que perdió la monarquía de Italia.
Decididamente, para ser un objeto divino o sagrado tan importante está más relacionado con desastres que con hechos milagrosos, y lo digo obviando cualquier sentido de burla, la supuesta historia del santo sudario fue reconstruida por los sinodologos y ellos señalan todas estas catástrofes en donde la sabana santa, si bien se puede decir que provoco estas catástrofes, pues si se puede establecer una concomitancia en su estado de aparecer conjuntamente con el siniestro.