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Tenia como tres años, era un 5 de enero y me dijo mi mamá que esa noche llegarían los Reyes Magos a dejar regalos. Enseguida le pregunte escéptica: ¿Por qué me traerán regalos unos señores que no son de mi familia y ni me conocen? Ella, muy astuta, me respondió que no perdía nada con probar, que dejara mi zapato a ver que pasaba. Efectivamente, en la mañana aparecieron los regalos, pero inmediatamente descubrí que eran mis papás los que habían dejado los regalos durante la noche.
Esa experiencia, en mi más tierna infancia, me enseñó dos cosas: que no está mal cuestionar las cosas, y que la duda, la experimentación y en general, el método científico es el camino más confiable para acceder a conocimientos confiables y desentrañar misterios.
Nunca he podido responder a la pregunta de si un escéptico nace o se hace. En mi caso, como decía, desde muy pequeña lo he sido, y nunca he podido ser creyente, aunque en alguna ocasión de verdad lo intenté.
Durante la mayor parte de mi vida nunca había sentido rechazo de ningún tipo por el hecho de no ser creyente, porque suelo ser muy respetuosa de las creencias de la gente que me rodea aunque no las comparta.
Desde que me convertí en madre hace ya casi 6 años, me he dado cuenta de que eso del respeto les parece muy bien a los creyentes mientras se aplique de nosotros para ellos, pero en muy raras ocasiones viene de ellos hacia nosotros. Muchas personas, incluso aquellas que yo consideraba amigos muy cercanos, ahora me ven mal y me critican duramente por no querer inculcar creencias religiosas en mis hijas. Y tristemente me doy cuenta de que ellas mismas se sienten extrañas y diferentes al resto de sus amiguitas porque “su mamá no cree en Dios” (¡Qué clase de madre es esa!).
¿Es tan difícil para algunos respetar las creencias de otros?, porque los “no creyentes” resulta que también tenemos creencias; creemos que la dicha o desdicha del los seres humanos depende de nosotros y no de algún ser superior.
Últimamente he pensado que los escépticos somos una minoría en la sociedad mexicana, y como todas las minorías sufrimos cierta discriminación. Discriminación que nunca me había importado hasta ahora que me doy cuenta que afecta a mis hijas.
Por todo esto es que ahora, que he descubierto su portal de Internet, me ha gustado muchísimo leer sus artículos y comentarios. Por el día de hoy, me han hecho sentir en mi elemento al recorrer estas páginas.
¡Gracias!

Gracias por la anécdota y bienvenida a nuestra minoría. No te desanimes, muy pronto verás los frutos de la semilla del pensamiento critico que has sembrado en tus bebés.

Saludos

En primer lugar bienvenida Flor, y como dijo Tequilietor gracias por compartir tu anécdota, y poco a poco te sentirás como en casa conociendo a personas que aunque escépticos no por ello libres de defectos son buenas personas.

Pues encantadora ha sido tu anécdota. A mi me parece que hay de todo un poco: escépticos natos y escépticos que se hacen. En 2004 yo creía en todos los charlatanes de la televisión y hoy, soy bastante escépticos. Este caso es cuando el escéptico se hace. Puede que tu caso sea elotro: escepticismo nato. Bienvenida.

Bienvenida! ya te habrás dado cuenta que ésta pagina además de muy ilustrativa también es divertida. (encontra del estigma de que los escépticos somos amargados y aguafiestas).

Hola tropicflower:

Una religión es una secta con problemas de obesidad (no recuerdo de quién es la frase). Digo esto porque esas críticas y discriminaciones son las propias de toda secta.

Aunque la Iglesia se llena la boca proclamando que su razón de ser es salvar almas, en la práctica, todas las organizaciones religiosas buscan coaccionar políticamente a las masas para que se comporten de la manera que más conviene a los interses terrenales de quienes ejercen el poder.

Proclamarte atea es dejar bien claro que piensas por ti misma; que estas fuera de su ámbito de influencia. Eso no lo pueden consentir; porque si cundiera el ejemplo, tendrían que cerrar el negocio y ganarse la vida trabajando honradamente. Religiones como la católica apuntalan su maquinaria de influencia y coacción a través de muchas formas, especialmente si cuantan con el apoyo de los gobiernos. También, mediante los resortes ideológicos que inculcan a sus fieles, aseguran que los no sometidos sientan el rechazo.

Todo es pura política, y en el antiguo testamento tiene ejemplos muy significativos. Según la época y las aliazas o enfrentamientos con otras naciones, en Israel se toleraban otros dioses a parte de Yahve (en realidad siempre fueron politeistas) como consecuencia del intercambio. Por ejemplo, arrojar al primogénito recien nacido a las llamas del dios Molok era una práctica bastante extendida que supuestamente garantizaba grandes favores divinos. El caso es que, si entraban en guerra con algún pueblo, sus dioses quedaban completamente prohibidos bajo pena de muerte. Rendir culto a los dioses del enemigo era básicamente un acto de traición a la patria y estaba castigado con pena de muerte.

Bueno, creo que ya me enrollé como una persiana.

Abrazos

Bienvenida tropicflower! Yo creo que todos nacemos siendo crédulos y escépticos, un poco de ambos. Creo que nacimos crédulos para creer en nuestros padres cuando somos niños por que conviene a nuestra supervivencia. Si fuéramos escépticos de pequeños y nuestros padres nos dijeran "no toques el fuego porque te va a doler" o "no comas de esa mora amarilla porque te vas a enfermar", sobreviviríamos menos. Y de hecho supongo yo que es lo que debió haber sucedido: somos las generaciones posteriores de aquellos ejemplares ancestrales nuestros que sobrevivieron hasta su edad adulta por ser crédulos de lo que les decían y no murieron jóvenes por algún accidente estúpido. Pero más adelante requerimos ser curiosos, es nuestra naturaleza indagar, descubrir, hacer preguntas, y no conformarnos con lo que nos digan... si no fuera así todavía viviríamos en las cavernas y en los árboles. Y el escepticismo se basa precisamente en ese deseo de descubrir por uno mismo la naturaleza de las cosas que nos rodean. Quizá sea que quienes son crédulos se sienten infantilmente desprotegidos si no siguen a un líder que les diga qué hacer y qué creer en vez de hacerlo por ellos mismos. Las religiones son el vivo ejemplo de cómo un líder te somete y te impone sus reglas y aún así te sientes falsamente protegido y "contento" con tu situación. Quienes tratamos de pensar por nosotros mismos solemos sentirnos libres, independientes, y más seguros de nosotros mismos en cuanto a que sabemos que lo que nos sucede o nos puede suceder está basado directa o indirectamente con lo que nosotros hacemos o provocamos y no hay un ser superior ni tampoco otras personas con "poderes" que puedan afectar nuestras vidas. Pero ya me alargué demasiado y lo único que iba a decir era bienvenida y que espero leerte por aquí más a menudo.

No sé si sea la misma situación que Flor ha experimentado, pero, a mi me ha sucedido que cuando convivo con personas de religión católica, pero que no son practicantes, he llegado a sincerarme y decirles que no soy creyente, y curiosamente, ahí es cuando les sale lo católico y me critican, lo cual se me hace completamente ilógico, la mayoría de católicos que conozco, y les aseguro que no estoy tratando de generalizar, solo los que conozco, en realidad son ateos prácticos, o sea, ni vana a misa, ni siguen los designios de la iglesia, ni son practicantes de ninguna de las restricciones del catolicismo, ni siquiera tienen las “virtudes” o características que tendría un buen católico, sin embargo se les hace inconcebible que yo sea ateo y paradójicamente más cristiano que ellos, incluso en muchísimos casos sé más de religión que ellos, incluso de personas que van todos los domingos a misa. Por ejemplo un cierto conocido que va todos los domingos a misa, le tuve que explicar que las diferentes denominaciones de las vírgenes: de Guadalupe, del Pilar, de la Candelaria, era la misma Virgen María, la Madre de Cristo, lo cual le asombro, él siempre había pensado que era como los santos y que todas eran diferentes. Por ello yo no me complico la vida, mejor paso por católico, no hay mucha diferencia entre los católicos que nunca van a misa, y me evito de líos y discriminaciones

Bueno, ya que estamos "sacando trapitos al sol", con tu comentario recordé la ocasión en que un domingo mis suegros y una vecina de ellos me criticaban porque yo no voy a misa. Entonces se me ocurrió preguntarles si me podían decir sobre qué había tratado el sermón de ese día. Después les pregunté si recordaban el del domingo anterior. Ninguno de ellos recordó nada, aún cuando tenían una hora de haber regresado de misa.

Ja, ja, ja ha de ver sido muy incomodo…sobre todo para ti…te vas a tener que robarte a la novia.

perdon por la tardanza . Bienvenida

Gracias por la bienvenida.

Y respecto a lo que comenta Roberto, que “mejor paso por católico, no hay mucha diferencia entre los católicos que nunca van a misa, y me evito de líos y discriminaciones”, es justo a lo que me refiero. ¿Por qué hacerme pasar por algo que no soy con el fin ahorrarme líos?, ¿es tan malo no ser creyente que es mejor esconderlo?, si los no creyentes podemos entender y respetar a los creyentes, ¿porque el respeto no es mutuo?, ¿por qué no animarnos a salir del closet?, ¿o solo es una utopía pensar en una sociedad donde se pueda convivir con personas con diferentes creencias en un ambiente de pluralidad y respeto?
En realidad, confieso que en ocasiones hago justo lo que dice Roberto; la gente que no me conoce bien piensa que soy católica y, para no hacer olas, no la saco de su error. Pero una parte de mi no se queda conforme.

Y de nuevo, muchas gracias por recibirme en su grupo.

No es un utopía y poco a poco se va ir dando, también es realista decir que se dará primero en ciudades progresistas como el D.F. y tal vez nunca se de en ciudades provincianas, influidas por el sinarquismo, pero el punto es que tus interrogantes deberían tener una respuesta positiva, el problema, es que en la realidad, no existe el respeto por parte de los creyentes, vuelvo a insistir que muchísimos católicos mexicanos son ateos prácticos, como los analfabetas prácticos, pero si les dices que eres ateo se vuelven una especie de Bin Landen de bolsillo y se burlan de ti, yo no creo que se pueda decretar el fin de la estupidez y menos en un país como México con carencias en áreas básicas como los derechos humanos, supongo que tardara mucho más tiempo en áreas tan sutiles como la aceptación de los ateos.

Tal vez mi posición sea cínica, pero yo no soy el intolerante, y no le veo mucho sentido soportar la estupidez de los demás, siempre recordare a una vecina muy católica, que iba todos los domingos a misa, y que era muy promiscua, situación que su religión no se lo permitía, para mí, si le encanta el intercambio de fluidos corporales con otras personas, pues muy su pedo, lo chistoso es que se confesaba con mi mujer, excusando su actitud, porque su marido era un pendejo, como a mi mujer le disgusta la infidelidad, vio la oportunidad de deshacerse de ella diciéndole en cierta ocasión que era atea, pues la “santa” mujer le armo un zafarrancho diciéndole que se iba a ir al infierno, confirmando mi posición que es mejor pasar por creyente que soportar la”justa” indignación de tan piadosas personas.

Déjenme platicarles un caso:

Mi primo, después de ser católico nunca un practicante realmente convencido, se pasó con los cristianos, entonces criticaba todo, juzgaba y condenaba, después regresó al catolicismo, ahora es alcohólico anonimo pero además hereje, como él dice, supongo que debería decir ateo, porque la palabra hereje tiene ya una implicación religiosa, además de que sigue criticando, condenando y juzgando, en un caso como éste, yo pienso que el problema no es si creé o no creé, sino su forma de ser, que es rebelde, viceral e intransigente.

aún así quiero mucho a mi primo.

Antes que nada bienvenida Tropic flower, tu caso tiene mucho que ver con el pensamiento cerrado del ser humano y tambien con el respeto hacia los demas. Probablemente no solo tengas problemas con las demas personas sino igual con tus hijos al momento de explicarles por que no hay un Dios y por que otros creen que Si hay un Dios, recordemos que uno puede inculcar a los hijos un pensamiento en tu caso el no creer en Dios pero tambien recuerda que ellos al final seran libres de escoger, obviamente con un buen sentido critico al respecto, los niños por naturaleza son fijados y quieren conocerlo todo, creo que lo mejor que puedes hacer es inculcarles valores, etica, urbanidad, con esto demostraras que no se necesita pertenecer a una religion, culto etc, para ser una persona de bien.

Personalmente yo creo en Dios y tengo una religion a la cual despues de muchos altibajos comprendi que mi religion no esta mal, sino que el hombre es el que esta equivocado, con esto te digo que olvides lo que los demas piensan sobre ti, e inculcales a tus hijos la educacion que necesitan para (como dije antes) ser personas no solo de gran sentido critico, sino tambien personas morales y eticas, que hace mucha falta en estos tiempos.

A veces la gente me critica por tener un pensamiento tan abierto, pero solo se trata de respeto, sincermente no tiene nada que ver el comportamiento de una persona con Dios o sin Dios.

Resulta que mucha gente tiene la creencia o mas bien el pensamiento ignorante inculcado de que la gente esceptica y los ateos tiene que ver con el mal, que son 100% insensibles e incapaces de sentir afecto o tener un sentido de lo correcto, asi es la sociedad en la que desgraciadamente vivimos.

Lo importante de lo que vives tropicalflower es que tienes la oportunidad de demostrar que eres una persona que simplemente tiene otra manera de ver las cosas, no te sientas mal, el hombre como explico por desgracia es asi, tu preocupate por tus hijos, por hacerles una mente abierta.

Espero encuentres pronto la forma para manejar esta situacion junto con tus hijas, quizas aun sean muy pequeñas para entender ciertas situaciones, pero eres una mujer inteligente pienso que pronto sabras como sobre llevar esta situacion, como tu dices SIN PRETENDER ALGO QUE NO ERES, eso se llama cinismo y tampoco es nada correcto.

Dales a tus hijas la mejor enseñanza de ser uno mismo.